Con la problemática del gas en Carora, la población ha retrocedido al menos 60 años. Ir al Río Morere a buscar leña se convirtió en el pan de cada día para la colectividad caroreña, quienes a muy tempranas horas de la mañana salen a buscar el “Cují Gas” o “Leña Gas” para poder preparar los alimentos del día.
Cocinas artesanales y fogones improvisados es lo que se ha podido evidenciar en los barrios y sectores de Carora, al transitar por sus calles se hace ver el humo sobre las viviendas, el olor a “leña” ya forma parte del ambiente.
La reventa del gas doméstico y los maratones a los que la población se somete a diario han llevado a las personas a tener que fabricar sus fogones, unos más sofisticados que otros. En el rostro de los caroreños se evidencia el cansancio y desgaste, hay quienes aseguran que no es fácil realizar esas labores todos los días, sin embargo, lo hacen porque no tienen los medios para pagar 60.000 Bs.S por el llenado de un cilindro pequeño, que en este caso es el más económico de manos de los “bachaqueros”.
Se pudo conocer el testimonio de Ender Colombo, quien habita en la comunidad de Barrio Nuevo y va todos los días hacia el Río Morere a cortar la leña para venderla y recibe como pago alimentos de la canasta básica, “hago trueques por harina, pasta y arroz” detalló Colombo, además indicó que realiza hasta seis viajes al día hacia el río y otras personas le compran dos carretillas de leña por 20.000 Bs.S y les dura aproximadamente 2 semanas.
Efectos adversos
Estar expuestos diariamente al humo de la leña es nocivo para la salud, especialistas en el área de neumonología indican que los pulmones sufren daños severos que quizás en el momento las personas no los sienten, pero con el paso de los años comienzan a salir las secuelas por la exposición al humo y puede llegar a ocasionar hasta cáncer de pulmón.
Es necesario mencionar que en estas comunidades las viviendas son multifamiliares y en las mismas habitan muchos niños, ellos afirman que ya se acostumbraron a vivir con el humo de la leña.
Yanitza Martínez.-
Fotos: Deivis Mendoza
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