Bárbara de Nicomedia fue una joven, hija de un pagano sátrapa quien decidió encerrarla en un castillo para impedir que se casara y durante su encarcelamiento fue documentándose con la ayuda de maestros y alimentando su fe, fue bautizada y al cabo de un tiempo fue visitada por su padre a quien le indicó que no se casaría ya que elegiría a Cristo como su esposo.
Fue allí cuando inició su martirio y flagelo hasta que fue decapitada por su propio padre, quien en ese mismo momento lo alcanzó un rayo, dándole muerte también.
Mucho se ha dicho de la vida y obra de Santa Bárbara, una mártir de la iglesia católica muy venerada en todo el mundo, dicha veneración se ha visto marcada por la santería, quienes han hecho de esta devoción suya, involucrando la imagen de la santa con todo lo que tiene que ver con la hechicería y brujería.
Muchos, la consideran protectora de los negocios y les rinden culto con frutas, vino, velones, entre otras cosas, situación que ha sido muy condenada por la iglesia católica.
El Padre Gilberto Ocanto, párroco de la Iglesia Nuestra Señora de Coromoto detalló que los santeros se valen de nombres de santos de la iglesia católica para donde esconden a los que ellos invocan por lo que no es realmente a Santa Bárbara a quien veneran, puesto que le dan el nombre de “Santa Bárbara de Changó” algo que realmente no existe.
Protectora de negocios
En Carora, son innumerables las personas que le rinden culto a esta santa, cada 4 de diciembre, desde muy tempranas horas se puede ver como los comercios comienzan a realizar actividades para rendirle tributo a la imagen y con ofrendas, agrupaciones musicales, entrega de comidas honran al nombre de Santa Bárbara, muchos, por favores concedidos.
Aun y cuando Santa Bárbara es la patrona de los mineros, los comerciantes la han tomado como tal, Diario El Informante conoció el testimonio de María Lameda, quien narró que su negocio era muy visitado por la delincuencia hasta que hace aproximadamente seis años decidió junto a su familia pedirle a esta santa su intercesión y desde ese entonces no volvieron a ser asaltados por lo que no han dejado de rendirle culto.
Yanitza Martínez.-
Fotos: Edson Meléndez
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