Hoy los periodistas gritamos en la desinformación que ensangrentada y enluta la verdad. Ante los duros golpes de quienes resistimos y seguimos defendiendo la verdad, nos agarramos de Bolívar quien está preocupado por el código de ética.
Las noticias en mi país simulan la mentira, asesinando la verdad. Aquella que sobrevive de la narración de saña y linchamientos. Todos los días desde que me levanto hay un evento nuevo: «se robaron el techo de una vivienda que estaba en construcción, de una familia que con esfuerzo la construía». «Se roban los cableados de los postes en las madrugadas». «Asesinan a un joven para robarle la moto». «No hay gasolina en ninguna parte del país». «Sectores sin una gota de agua». «Comprar el gas, sobrepasa el salario mínimo».
Hoy día Venezuela despide las mañanas, con su música favorita. Pero también observa con rabia la burla, y la falta de respeto de los políticos que caminan de espalda al Libertador. Mofándose sin mediación. Los venezolanos vemos caminar la asquerosidad humana, no en los residuos que botan sus visitantes, sino en la trampa de hombres que desfilan en el poder. Quizás el político que me lee comprendiera el legado de la humanidad, apuesto que no hubiese sido necesario burlarse de la vida de los hombres y mujeres que diariamente claman por la cordura gubernamental.
Hoy los Periodistas se levantan una vez más, viendo la nación herida, golpeada y ultrajada. Porque la luz también puede generar emociones oscuras.
Hoy los periodistas escuchan en las calles los sonidos retumbante de las orquestas de pistones. Ruidos de pobreza. La riqueza de la libertad está chillando a millones de escalas. Hoy la nación se escucha a somentimiento y evación por Irán , Rusia, China, y Cuba, así como una novela meláncolica.
Hoy, ante esta pandemia, veo que no hay soledad única, porque hay soledades en conjunto. Tenemos vacíos que se acompañan en horizontes tenues, y silenciosos, donde las risas se esconden en las gargantas asfixiadas, y cuerpos a la deriva.
El día llora, debido a que la nación fue esclavizada por un gobierno de delitos, y por una desinformación que asesina. Lo digo con frialdad, para que nada de eso se sobreponga al esfuerzo mancomunado que existe por vencer esta horrible tortura y estado de libertad condicionada en la que vivimos. Aunque lo de mancomunado pareciera exagerado.
Es necesario que mis colegas periodistas nos revisemos, para saber qué hay detrás de nuestros miedos y encararlo, puesto que; habrá un día donde él nos temerá. De no hacerlo, lloraremos; porque habremos entregado el país.
Por: Jhon A. Romero.-
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