Está es una de las pocas veces que la Virgen no saldrá en hombro de sus servidores. También será la segunda oportunidad que la procesión se ve cancelada p modificada por una enfermedad que flagela a Venezuela. Lo que sucederá se asemeja al 18 de noviembre de 1918 cuando la Chinita no salió a las calles tras la llegada de la gripe española
El Zulia celebra hoy a su Patrona, la Virgen Morena que llegó sobre las aguas del Lago de Maracaibo y se manifestó en una tablita hallada por una lavandera, quien hizo de su grito ¡Milagro! el cantar de aquellos creyentes que este 18 de noviembre veneran y honran a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.
Con añoranza y con una fe inquebrantable los devotos conmemoran aquel día de 1709, cuando María de Cárdenas encontró el madero. La edición de esta festividad se realiza de forma inédita, con la feligresía lejos de la Chinita, motivado a la pandemia del coronavirus.
Este 2020, la grey venera a su Patrona en sus 311 años de renovación milagrosa, desde la distancia y a través de la redes sociales, convirtiéndose así los hogares zulianos en pequeñas iglesias domésticas que hacen de su trinchera una parte de lo que es la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá e Iglesia de San Juan de Dios.
Hoy, el templo mariano realizará la eucaristía pontifical a las 8:00 a.m. con solo 160 personas presentes y miles por medio de una pantalla.
Esta misa, que será presidida por monseñor José Luis Azuaje Ayala, arzobispo de Maracaibo y presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), sustituirá el acto solemne que se acostumbra a realizar en la tarde ante la multitud de fieles que se congregan en la plazoleta del santuario mariano. Esta vez, en la intimidad del templo la Virgen se encontrará con religiosos, grupos de apostolados, gobernantes y otras personalidades del quehacer regional.
La procesión que históricamente se realiza luego de la eucaristía, y que recorre las calles del Casco Central de Maracaibo, será sustituida por el paseo de la Dama del Saladillo en su María móvil, un recorrido de fe que la llevará a bendecir los municipios aledaños y que buscará evitar la aglomeración de personas.
Está será una de las pocas veces que la Virgen no saldrá en hombro de sus fieles servidores y entre la grey que la clama y le canta. También será la segunda oportunidad que la procesión se ve cancelada o modificada por una enfermedad que flagela a Venezuela.
Lo que sucederá este día se asemeja al 18 de noviembre de 1918 cuando la Chinita no salió a las calles saladilleras tras la llegada de la gripe española, que se acentuó en el país en octubre de ese año. La fecha es recordada por la cantidad de muertos, un buen número de sus servidores y feligreses, que dejó la enfermedad. Una situación que no se aleja de la actual realidad.
Ante esta particularidad llamada coronavirus, estas “extrañas” fiestas patronales se realizan bajo el lema “Chiquinquirá cuida con afecto maternal a este mundo herido” con la idea de hacer frente a la pandemia por medio de la oración y la intersección de la Virgen.
Esta orientación hace girar la liturgia y las intenciones respecto a la pandemia, la salud del pueblo y el bienestar de todo el país. También se reconoce al venerable José Gregorio Hernández como parte de la oración que se realiza para su pronta beatificación.
Este acto de fe también será reflejado en el manto que usará la “Madre de todos”, una pieza de múltiples colores que tiene en su centro la silueta del mapa de Venezuela y sobre él la figura del “Doctor de los pobres”.
“Pagar promesas a distancia”
Aunque la Basilica habilitó el pasado domingo un “corredor de bioseguridad” para que los devotos se pudieran encontrar con su Patrona, son muchos los zulianos que extrañan estar este día cerca de la Reliquia.
Sin embargo, otros no paran las tradiciones y pagan sus promesas dentro de su casa por medio de un subsidio litúrgico que dispuso el santuario mariano.
Otros devotos iniciaron la celebración a la 12:00 de la madrugada de hoy con gaitas, cohetes y realizaron bulliciosas manifestaciones de fervor en sus casas.
Aunque la pandemia paró la tradición, el amor Chiquinquinreño ha mantenido avivada la fe y no ha permitido que los zulianos olviden a su China, su patrona, su razón de unión y oración.
VF.-
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