Por: Leonardo Pereira Meléndez
Hablando sobre los organismos de salud del país, para nadie es secreto, que, en los actuales momentos la situación en Venezuela, es paupérrima, pésima, por múltiples factores que todos conocemos. Principalmente respecto a los sueldos o salarios miserables que devengan los galenos. Es por ello que en la mayoría de los nosocomios e instituciones médicas públicas no hay un personal médico especializado. En otras palabras, no hay médicos con especialidades en los hospitales públicos. Por otro lado, el poco personal de la salud que prestan sus servicios en tales instituciones, carecen de los equipos de bioseguridad que es indispensable para combatir la Covid - 19. No han sido pocos los ciudadanos que han fallecido por falta de una correcta atención médica especializada.
Los "médicos" que en la actualidad integran el personal de los hospitales, no tienen la preparación académica apropiada. Si bien hay que reconocerles el extremado esfuerzo humano que algunos de ellos realizan para ayudar a los pacientes, los mismos –digámoslo de una vez– están falto de los conocimientos técnicos - farmacológicos - científicos que requiere tener un galeno , mucho más, para tratar enfermedades graves, delicadísimas, como lo es la Covid - 19. Obsérvese que en este volandero comentario no hay alusión política alguna, porque el tópico de la salud pública nos compete a todos los ciudadanos por igual, sin distingo de ninguna índole. Respetuosamente y de la forma más cordial, les hacemos un llamado a los entes gubernamentales locales, a fin, de intermediar por ante la gobernación del estado Lara, para que equipe real y positivamente, el HOSPITAL PASTOR OROPEZA DE CARORA, los CDI CENTINELAS y demás instituciones médicas públicas. Ayer alguien había propuesto por el grupo virtual del diario “El Caroreño” que ya es hora que las autoridades municipales declaren a Carora, a todo el municipio Torres del estado Lara, en EMERGENCIA, y considero que, por de contado, ello debería tomarse en cuenta, a la mayor brevedad posible.
El abogado Roseliano Herrera, comentó –acertadamente– que en las vías públicas de la ciudad, de tardes y de noche, en algunos sectores hacen competencias de Barajas, y, que en los abastos o negocios chinos, se están haciendo inmensas colas, sin vigilancia y sin tomar en cuenta las medidas de bioseguridad para disminuir o evitar la contaminación del fatal virus Covid 19. Es hora que se tomen medidas sancionatorias. Claro, dentro del debido proceso y respeto que merece la ciudadanía. Se debe aplicar la ley, medidas de seguridad sancionatorias, sin necesidad de mancillar la dignidad de las personas. Hemos sabido que muchos pacientes del HPO, reciben atenciones médicas, solamente vías telefónicas por galenos especializados. No acuden a la sede del hospital. Es comprensible, pero INHUMANO. Quien haya la novela de Albert Camus, “La peste”, publicada en 1947, entiende la importancia de la solidaridad cuando la humanidad es azotada por una peste o pandemia. Se caen caretas pero también afloran sentimientos como la hermandad. He sabido también que algunos ediles del municipio, han prestado su colaboración y la primera autoridad civil del municipio (Prefecto) en circunstancias para lograr las ayudas, ora médicas, medicamentos para los tratamientos, ora la consecución del preciado líquido (agua potable) a comunidades torrense, entre otras actividades. Pese que ello es un deber, una obligación que tienen para el gentilicio, en su condición de funcionarios públicos, porque para eso fueron elegidos –para servir a la colectividad– no está demás agradecérselo, sin importar el color ideológico y el tinte político. Lo cortés y la urbanidad, la civilidad siempre debe prevalecer por encima de todo, debido que los problemas del municipio Torres nos afectan a todos sus habitantes. Así como se les deben exigir cumplir con sus funciones para lo cual fueron elegidos; así como deben hacerse las críticas constructivas que sean menester para el mejor desenvolvimiento de la comunidad, es dable, reconocer cuando estos funcionarios cumplan con sus labores.
Carora está mal. Muy mal. Ha habido una involución histórica, un retroceso descomunal jamás vista ni siquiera imaginada. ¿A quiénes les duele ver las precarias condiciones en que se haya,hoy por hoy, el municipio Torres? ¿A quiénes les duele Carora? ¡A sus hijos! ¡A todos los caroreños!
Qué bueno sería apartar los ideales políticos y partidistas, en aras de reconstruir a Carora, nuestra histórica ciudad que hoy invita, pide, súplica, necesita del aporte de todos sus hijos, desde cualquier esfera, del talante que sea, lo significativo, substancial, trascendente es contribuir con nuestro granito de arena. CARORA nos necesita a todos, a todos sus hijos, unidos en un solo ideal: salvarla de la barbarie y del olvido.
Leonardo Pereira Meléndez
leopermelcarora@gmail.com
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