Aunque conocemos a Víctor Davalillo por su trayectoria de más de treinta años como pelotero, por pasear su habilidad como gran bateador por la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, Grandes Ligas y la Liga de Verano de México, por mencionar los tres circuitos más importantes en los cuales acumuló más de 4 mil hits, hoy nos toca recordar que al inicio de su carrera también destacó como lanzador.
De hecho hoy se cumplen sesenta años de la que puede considerarse su actuación más sobresaliente como pitcher en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional. El 3 de febrero de 1961, como refuerzo de los Industriales de Valencia, Vitico superó nada más y nada menos que a Bob Gibson, prospecto de San Luis, que reforzó al club Oriente cuando estaba dando los primeros pasos de una notable carrera con los Cardenales y se perfilaba como futuro miembro del Salón de la Fama.
En el tercer juego de la serie semifinal de la temporada 1960-61, Davalillo superó a Gibson en el juego que condujo a los carabobeños a coronarse como campeones para luego medirse al Rapiños de Maracaibo , campeón de la Liga Occidental en la final interligas .
Con recio ataque de 15 imparables que comandó Teolindo Acosta al ligar de 5-4, se impuso Valencia por paliza de 9-0. En faena completa, Davalillo aceptó tres hits y solo un corredor llegó a pisar la segunda almohadlla: Leopoldo “Chingo” Tovar en la novena entrada.
Gibson, quien había sido líder en ponches (134) y en la eliminatoria con Oriente dejó marca de 7-10, con 2.54 de efectividad, se marchó antes de concluir el tercer acto luego de permitir tres carreras.
Al concluir su faena, como los grandes toreros, Vitico fue paseado en hombros por los seguidores del Valencia, que luego despacharon a Rapiños en cuatro juegos de la final y representaron al país en la Serie Interamericana.
FRANKLIN PIÑA._
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