Tras tres años sin prestar el servicio, la Policlínica Carora, en medio de la situación económica que atraviesa Venezuela y la pandemia de la COVID-19, trabajó en la recuperación de la Unidad de Cuidados Intensivos, la cual abrió nuevamente sus puertas este viernes 16 de abril.
El primer centro de salud privado del municipio Torres cuenta a partir de hoy con tres camas en su sala de cuidados intensivos y un personal calificado conformado por un cuerpo de seis médicos, dos de ellos; intensivistas y un cuerpo de enfermos conformado por seis profesionales en el área.
La UCI de la Policlínica Carora fue fundada en el año 1995 y debido a la situación económica que atraviesa Venezuela, hace tres años dejó de funcionar. Gracias a la necesidad y a las demandas de la colectividad, la Junta Directiva que conforma este centro asistencial, realizó el trabajo de recuperación y rehabilitación de esta importante área.
Con el nombre del Doctor Carlos Miguel Álvarez, "Tamakun" fue reinagurada la UCI de la Policlínica Carora la mañana de este viernes en un sentido acto que contó con la presencia del personal y familiares del médico fallecido y quien fue pionero en la construcción de este espacio hace más de 20 años.
La única Unidad de Cuidados Intensivos del municipio Torres fue bendecida por el Presbítero; Alberto Álvarez Gutiérrez, quien además, agradeció el gesto de honrrar la memoria de su hermano fallecido y a su vez elevó una oración por el buen funcionamiento del espacio en favor del pueblo torrense.
Adaptados a la situación económica
El doctor Leomar Iturbe, manifestó que este nuevo ciclo de la Policlínica Carora fue posible gracias al trabajo del cuerpo directivo, personal y a todos los que de una u otra manera se sumaron a la recuperación del área con la cual buscan que los pacientes no sean trasladados a la ciudad de Barquisimeto.En cuanto a las tarifas, el galeno expresó que ya han realizado los sondeos necesarios y las mismas estarán por debajo de los precios de este servicio en las clínicas de la ciudad de Barquisimeto.
Texto y fotos: Yanitza Martínez
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