"No tiene compón", esta frase es la escogida para describir la problemática que desde hace varios años padece la urbanización Campanero por el desborde de aguas servidas.
La inmundicia de gran parte del sector es tal, que los vecinos han tenido que emigrar a otras zonas de la ciudad, dado que el colapso de las cloacas dentro de las viviendas los mantiene en constante preocupación, así lo manifestó, Diocelina Molleja, quién aseguró que ya no encuentran a donde acudir.
Molleja comentó que se han visto en la obligación de defecar en bolsas plásticas porque los baños de las viviendas se encuentran colapsados.
Indica que las aguas negras corren por las calles cual su fuese un río, "lo que trae como consecuencia la proliferación de zancudos y mosquitos por el agua fétida que muchas veces se queda estancada".
EL MAL DE NUNCA ACABAR
Coromoto Álvarez, describió la situación que viven como "el mal de nunca acabar", pues asegura que tienen más de dos años con las cloacas desbordadas y hasta la fecha los organismos competentes no han resuelto el problema.
"Esto le compete a la municipalidad, no a los vecinos porque nosotros no tenemos dinero para realizar estos trabajos".
Entre otras cosas, expresa que los más perjudicados son los niños y los ancianos, principalmente los que habitan en la calle Vargas con Guzmán Blanco, razón por la cual hacen el llamado a la hidrológica del estado y a la Alcaldía para que se apiade del sector.
Raymar Falcón.-
Fotos: Edson Meléndez
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