“Tras la muerte de Adolfo, su viuda Enriqueta descubre la relación amorosa entre él y su hermana Amelia, quien, para colmo de males, ha quedado embarazada”. La hora menguada / Rómulo Gallegos.
Menguada según la RAE significa Deshonrada o cobardemente, sin crédito ni reputación. Empiezo con este extracto de esa excelente cuento del Gran Gallegos para referirme a los días que las oposiciones en nuestro municipio están viviendo y están por vivir.
Nunca hubo encuentros entre aquellos inmaculados e impolutos ungidos por los dioses del Olimpo para “salvar” a nuestro Municipio Torres y así hacerlo más próspero, claro está, para ellos y para sus intereses particulares.
Estos “bienaventurados” de marras que bien sean por complicidad o por omisión han coadyuvado a que las sanciones contra nuestro pueblo se acentúen cada día más, ahora lucen sus mejores disfraces para intentar venderse como los llamados a rescatar el municipio.
Música, caminatas casi en solitario, escuelitas montadas para “enseñar” a manipular (perdón a votar), escritos hechos por tarifados para insultar a quien ose contrariar al Inmaculado que cual príncipe Harry pretende volver a el palacio y no de Buckingham, sino al municipal para oxigenar su patrimonio y transformarlo en una fundación para ayudar a los godos quebrados como en aquellos años en que desgobernó el municipio.
En esta oportunidad, la oposición está en su hora menguada y así como el personaje Adolfo muere, esta oposición sale nuevamente derrotada. La viuda no es Enriqueta sino toda esa clase política deslastrada que vuelve a su estado de viudez de verdaderos líderes que le den el impulso necesario para ser una alternativa válida, seria y comprometida y la embarazada que no es la Amelia de la novela, es el capitán de la canoa que queda embarazado por intentar venderse al mejor postor.
A esta novela, versión caroreña, se le anexa un personaje que es el malo de la trama y que ha estremecido los cimientos de papel de esa imagen de superman que pretendieron vender con la candidatura de la manito, y es un joven campesino de orígenes muy humildes que con su carisma, compromiso y abnegación se ha transformado en una verdadera pesadilla para ellos y sus proyectos personales: Ramón Suárez, el de Los Arangues.
Soy Lokman González, sin seudónimos
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