La ciudadanía está definida como el conjunto de derechos sociales que tenemos quienes habitamos en determinada porción geográfica. Podríamos entender que todos tenemos los mismos derechos, ni más, ni menos.
Para ser buen ciudadano, frase que nos recuerda a Martha Rodríguez Miranda (mayores de 40 años), se necesita un sólo requisito indispensable; sentido común pero, paradójicamente, éste parece ser el menos común de los sentidos.
Detras de la falta de cumplimiento a las normas, parece imponerse el caos. Para entender mejor esto, imaginemos una cola en el centro de cualquier ciudad, se forma de la nada y desaparece de la nada, pero esa "nada" suele ser el irrespeto a cualquier norma de tránsito. Ningún camión de carga respeta los horarios y los sitios de descargas, se irrespetan los semáforos, el flechado de las calles parece que desapareció, los caminantes parecen que andan en una carrera, nunca se detienen ante nada, las motos y bicicletas, cada vez son más pero sin ningún orden y cosas como estas, un sin número.
Este preámbulo lo hago porque uno mismo ha caído en esto y se que muchos de quienes me leen también. Ahí está lo importante, reconozcamos que gracias a nosotros es que estamos así.
No culpemos a nadie, tenemos una alta cuota de responsabilidad en la perdida del respeto a la ley. Cierto que parece que el responsable de aplicarla no existe pero la ley sigue existiendo y no nos exime de su castigo, la ignorancia de la misma.
El ciudadano debe pensar en los demás, nada ganamos teniendo un buen vivir sin ayudar al vecino a mejorar su calidad de vida.
Formamos parte de un conjunto, somos gregarios, mientras más aportemos al exterior de nuestros hogares, la ciudad, esa casa grande de todos estará mejor.
Es fácil decirlo pero en la práctica no se ve tanto. Veamos el comercio, hay en estos días una práctica en contra del consumidor, nadie tiene vuelto y muchos dueños de negocio ponen una tasa de cambio, siempre por encima del cambio del día. Eso no puede ser, te obligan a comprar cualquier cosa para no darte el cambio de tu compra.
Tal acción no hace rico a nadie y causa mucha molestia en el consumidor.
Nos olvidamos de servicio postventa, cuando éste aplica y en ese olvido, perdemos próximas ventas.
Sólo queremos la parte fácil y cómoda del negocio, sin entender la importancia del buen servicio y el buen trato al cliente como prioridad para lograr el éxito.
No menos importante sería volver a saludarnos, a ceder el paso o darle la silla a las personas mayores o embarazadas en la ocasión que lo amerite, ser cordial nunca pasará de moda. Con respecto a la moda, no olvidemos que es cíclica, todo lo que fue moda, suele imponerse de nuevo con el pasar del tiempo. Soñemos entonces con que lo bueno y decente vuelva a ser tendencia, o trending topic, para usar términos actualizados.
El llamado es a que tengamos conciencia de nuestro existir, como habitantes de una región, que tengamos presente que debemos honrar fechas e incentivar a las nuevas generaciones a hacerlo.
Reconocer que la gran mayoría estamos haciendo lo que nos venga en gana, sería un paso importante, para el cambio esperado.
En gran parte todo lo perdido y todo lo abandonado es rescatable.
Prefiero pensar en positivo, si venimos de excelentes ciudadanos, ¿por qué no podemos llegar a seguir su ejemplo?
¡Dios mediante, así será!
Por: Pedro José Álvarez Chirinos
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