Los trabajadores del banco de sangre del Hospital Pastor Oropeza de Carora, sucumben entre la falta de agua, proliferación de roedores, falta de equipos y condiciones para trabajar.
Las hemoterapistas de este servicio manifiestan trabajar con las uñas y en condiciones inhóspitas al tener un área que carece de iluminación, agua potable y sin aire acondicionado desde hace más de cinco años.
Relatan que el servicio está invadido por las ratas y otros roedores que ya han deteriorado parte del techo raso que cubre la losa del servicio, especialmente la del dormitorio, donde más de una vez han sido sorprendidas con la caída de estos animales a través del anime.
En cuanto a los equipos, detallaron que no cuentan con centrifugas, solamente funcionan dos neveras y el congelador que usan para los plasmas, pertenece a la Alcaldía del municipio Torres.
Sobre el servicio de agua, resaltaron que en esta área deben sobrevivir con un pipote de 40 litros porque nos les llega a través de las tuberías.
Para la atención del donante, se conoció que tienen dos sillones y los mismos fueron adquiridos por autogestión con la realización de una vendimia pero resaltan que no son los adecuados para este tipo de servicio ya que cuando algún donante presenta reacción, necesita estar en una posición especial que solamente la dan los muebles aadecuados para la donación de sangre.
Esta área del máximo centro de salud de Carora no escapa de la falta de atención por parte de las autoridades sanitarias locales y regionales, quienes han estado de espalda a las necesidades que hoy presenta la red hospitalaria pública de la entidad larense.
Yanitza Martínez.-
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