Franklin Piña.-
Foto: Edson Meléndez
Hace apenas unos años el sueño de
llegar a Grandes Ligas estaba circunscripto solamente a ser pelotero. Con el
correr del tiempo esta perspectiva ha venido cambiando, puesto que las
esperanzas ahora apuntan llegar al beisbol grande en calidad de árbitro o
umpayer.
La historia del beisbol registra episodios a partir de 1845, en los que el árbitro sólo respondía a una labor de anotación en el curso del juego. Ya para 1858 se seleccionaba un árbitro del público o incluso un jugador del equipo local, con el consentimiento del equipo rival, llamados árbitros voluntarios, los cuales eran los de mayor respeto o estatus tenían.
Ya lo dijo el famoso e innovador Bill Veck, que el béisbol es casi la única cosa ordenada en un mundo desordenado, “que si tienes tres strikes, ni el mejor abogado puede sacarte de ese aprieto”.
En el país es la Venezuelan Umpire Camp (VUC), a cargo de Miguel Hernández, la facultada de formar a estos hombres en quienes cae la responsabilidad de llevar el orden de un careo. Uno de éstos es Juan Vicente Gómez, un árbitro caroreño que acaba de culminar otra zafra en el beisbol profesional venezolano, a quien abordamos para saber un poco sobre la vida y el desempeño de los llamados “hombres de negro”.
Empieza contando que es egresado de la VUC, y anuncia que para la nueva edición de los cursos para nuevos aspirante, que se llevará a cabo en Barquisimeto entre el 7 y el 21 de febrero, estará como instructor.
Gómez en los actuales momentos está en el segundo nivel de Ligas Menores, es decir, Clase A Media. “Estoy a las puertas de la High A, para luego pasar a AA, AAA y Grandes Ligas. Son los pasos o los escaños que me faltan para llegar al mejor beisbol del mundo”, dice este hombre de sentencias, cuyos gestos corporales delatan que está convencido que logrará su sueño.
¿Esos pasos que te faltan cómo se traducen en tiempo?
Eso depende mucho de mi desarrollo, de mi desempeño y evolución.
¿Cómo es el día a día de un árbitro de beisbol?
Comienza entrenando para estar en óptimas condiciones físicas. Si el juego es en horas de la tarde, el entrenamiento comienza un poco más temprano sin importar la hora en que hayas terminado la jornada anterior; si el juego es en horas nocturnas, prácticamente dividimos en día en dos: entrenamiento físico y clases de inglés, un idioma al que estamos obligados a dominar fluidamente. Es obligatorio un descanso mínimo de dos horas y una alimentación balanceada para luego estar en el estadio dos horas antes del juego.
Hablas de condiciones físicas óptimas, ¿en qué radican esas
condiciones?
La tendencia actual es tener un peso acorde con el tamaño que no llegue a la obesidad. En mi caso, que soy pequeño de tamaño, necesito estar fornido por lo tanto requiero someterme a sesiones de pesa y fortalecimiento de piernas. A los de mayor estatura se les exige masa muscular.
¿Quiénes evalúan esas condiciones?
Expertos en condiciones físicas avalados o certificados por Major League Baseball (MLB). Existen 10 supervisores por cada liga coordinados por un regulador general que es quien apoyado en los reportes, el que tiene la última palabra de decir quién está apto para ser árbitro.
¿Cuál es tu referente en este oficio?
Son varios; sin embargo, desde que decidí tomar el camino de árbitro, quien me ha enseñado, motivado y quien guió mis primeros pasos fue el señor Miguel Hernández. También tengo un buen ejemplo en Carlos Torres y Manuel González. Tengo claro que llegar donde ellos están ahora, no es fácil. Tengo mucho que agradecerle al Beisbol Tradicional Caroreño que es donde me inicié y es donde se inició Carlos Torres y ahora está en Grandes Ligas. Debo decir que el BTC ha tenido, no sólo buenos peloteros, la gente se olvida que aquí han existido árbitros de la talla de Edgar Pacheco, Darío Rivero, Francisco Ramírez, Henry León, David Arrieta, quien por cierto, será el próximo venezolano en Grandes Ligas.
Tomando en cuenta que un árbitro de beisbol debe estar dispuesto a ser
juez en cualquier lado, ¿en qué posición te sientes mejor?
Depende del sistema en que estemos trabajando. Explico un poco: En Venezuela, por ejemplo, el sistema arbitral es de cuatro hombres, por tanto diría que con ese sistema me siento mejor en segunda base porque es una posición exigente por las rotaciones que se deben cumplir. De verdad hay muchas responsabilidades cubrir la segunda base en calidad de árbitro y ese reto me gusta.
¿Qué recuerdos conservas del primer juego en el que trabajaste ya como
profesional?
Recuerdo que fue en Barquisimeto en tercera base en un juego Tigres de Aragua – Cardenales de Lara. Y fue muy emocionante porque las asignaciones semanales nos llegaban al correo. Cuando abro y veo que me habían asignado tercera base y leo que mi desempeño sería en la dirección de las agujas del reloj, cuando existía una condición que impedía que los nuevos no tendrían plate, nunca pensé que en mi primer año sería umpayer principal.
¿Cuál ha sido tu día más feliz como árbitro y el más triste?
Cada vez que te llaman y te notifican que vas avanzando, es un día feliz. ¿Un día triste?: cada vez que cumplo años y estoy fuera del país trabajando sin poder celebrar con mi familia.
¿El juego más importante en el que has trabajado?
Muchísimos. Pero hay un juego que yo llamo “el juego de mi graduación”, y fue en Carora un Torrellas – Liceo. Me estaban evaluando para ser llamado al curso y yo estaba en tercera. Se me presenta una juagada de apelación donde nadie se esperaba que yo fuera a llamar out con la consulta. Se prende la discusión bastante álgida y pude controlar la situación, lo que determinó en el análisis de quienes estaban evaluándome que tuve la madurez, la entereza y la capacidad para manejar este tipo de situaciones.
Ya como profesional, ¿la jugada más polémica en la que has estado
inmiscuido?
Fue el año pasado en un juego Caribes de Anzoátegui – Leones del Caracas. El manager de Leones, Víctor Gárate y el de Caribes, Jackson Melian. Leones buscaba ganar porque era lo que le permitía seguir en la clasificación y el juego estaba 1-0 en el séptimo; los Leones tenían corredor en primera y el bateador estaba en 0 y 2. El corredor de primera sale al robo, pero quien batea hace un swing tan fuerte que originó su salida de la caja, ocasionando interferencia al receptor cuando ejecutaba el tiro a segunda. La regla dice que no puede ser out dos veces un mismo jugador, por lo que automáticamente fue out al hacer swing y el corredor lo decreté out por la interferencia de su compañero. Fue muy polémico todo porque hubo expulsados y molestias.
¿Cómo te contienes cuando recibes un insulto de un técnico o un
pelotero; incluso, del público?
Eso forma parte de nuestra formación: la tolerancia. Requiere de preparación psicológica. Un buen árbitro nunca pierde los estribos. Mi compañero Carlos Leal hace un par de años recibió un escupitajo en el rostro por parte del mánager de La Guaira y no perdió el temperamento y eso denota la preparación de aquel hombre para ser árbitro. Si eso sucede en la calle, sabemos que detrás de una acción así no vendría nada bueno. Un árbitro que responde de igual manera a los insultos, le puede costar la carrera.
¿Cómo hacen ustedes para ponerle coto a un pelotero estrella que quiera
lucirse con un comportamiento no cónsono con el permitido?
El reglamento te lo dice. El tratamiento es por igual para todos y quien amerite una expulsión, pues, será sometido a ese dictamen. En el terreno no se permite el uso de un lenguaje soez, ordinario, grosero. Amerita expulsión inmediata. Repito: eso va con todos.
Hay peloteros amables: ¿cuál es ese pelotero afable, cordial con el que
has tratado?
Afortunadamente los peloteros decentes son mayoría, pero existen códigos de ética que no nos permiten mucho el mezclarnos con ellos. En el terreno hablamos estrictamente lo necesario.
¿El pelotero con el que más has lidiado?
Hay peloteros problemáticos, sin duda, pero no te voy a revelar ningún nombre. Eso es normal y para eso estamos preparados. Hay que decir que no somos infalibles: no se trata de decir que somos la autoridad, que no nos equivocamos, no… somos humanos y todas esas cuestiones están en las probabilidades. Pero estamos preparados para enfrentar conflictos en el terreno.
Ante un desliz, una pifia, ¿no has llegado a pedir perdón, una disculpa
porque reconoces que te equivocaste?
No, no, no. Pedir perdón no está prescrito en nuestra formación. Pero sí llegamos a reunirnos y hay veces en que admitimos alguna equivocación. Cuando eso pasa, dirigimos una comunicación a la Liga o al club afectado. Lo que sí es inadmisible es equivocarse dos juegos o dos jornadas consecutivas. Ya cuando esto sucede hay que meter la lupa.
Se habla de que los árbitros serán sustituidos por un robot. A la par,
el beisbol ha sido sometido a cambios como el corredor el segunda en
extrainnings y revisión de ciertas jugadas, ¿qué opinas de todo estos cambios?
Realmente eso le ha dado un vuelco al beisbol que se vislumbraba. Te puedo decir que hay reglas experimentales como la Regla Panamericana (corredor de facto en segunda), el robot está trabajando en Ligas Menores, pero hay un movimiento de jugadores que no aceptan el robot porque consiente pitcheos en strike fuera del plato. Al fin de cuentas es una máquina. En cuanto al corredor en segunda, en lo personal se trata de agilizar el juego y lo veo bien, pero el público en su mayoría no lo ve con buenos ojos.
¿Qué opinas de la camada de peloteros caroreños en Grandes Ligas y
otros que van por esa dirección?
Muy bien ese auge de peloteros nuestros convertidos en profesionales. Son oportunidades que nos dan la vida y mi admiración para ellos. No es fácil el camino que a mí me ha tocado transitar en mis intentos de llegar como árbitro, menos fácil es el camino que coge el pelotero. Lo mejor de todo es que el nombre de Carora está en alto, en el tapete y eso me llena de orgullo. Me he topado en el terreno con profesionales como Ranger Suárez, Yoendri Piñango, Alí Sánchez, y otros que cuando nos vemos en el terreno, nos saludamos y nos alegramos. Así somos los caroreños. Luego, cada quien en su lugar.
¿Hay en Carora talento, no sólo como peloteros sino como árbitros?
Uuuf!!!, muchísimo. Es una condición humana que en muchos sólo falta un empujoncito y de creer un poco más en sí mismo. Yo di ese paso y a estas alturas estoy a la orden para ayudar y ser útil a quien desee ser árbitro de beisbol.
Febrero de 2022
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