En un abrir y cerrar de ojos, un helicóptero Mil Mi-17 de fabricación rusa que sobrevolaba por Pavia se precipitó a tierra, tras presentar una falla. En el siniestro resultaron muertas dos personas y dos heridos, todos miembros del Ejército Bolivariano.
Ayer en la tarde, el mayor José Salinas Vásquez, el capitán Wilber Sumoza Dubront y los sargentos Dervis Eligio Sánchez (35) y Ángela García Perdomo (26) salieron a bordo del helicóptero desde San Felipe, estado Yaracuy, con destino a Maracaibo-Zulia, pues iba a una misión de abastecimiento a bases de zonas fronterizas.
El tiempo estimado para arribar al estado Zulia era a las 3:20 de la tarde, pero una hora antes de llegar a su destino ocurrió el accidente aéreo, justo en unos terrenos de Pavia, ubicado en la vía hacia Bobare.
Los sargentos Ángela y Dervis murieron carbonizados, mientras que el copiloto y piloto sobrevivieron a las llamas y se encuentran recluidos en el Seguro Pastor Oropeza de Barquisimeto.
Eran las 2:20 de la tarde, cuando Elías Daniel Soto, habitante del sector Santa Eduviges de Pavia estaba en la parada y escuchó el sonido de un helicóptero, recuerda que le llamó la atención porque el sonido no era el mismo que ellos emiten, sonaba más fuerte y al mirar al cielo observó cómo la aeronave daba giros descontrolados.
"Me sorprendí mucho, todos comenzaron a gritar que se iba a caer, pero jamás pensé que iba a ocurrir esta tragedia", comentó Elías.
En videos quedaron grabadas las imágenes de cómo el helicóptero se precipitó a tierra. "Se va a caer, se va a caer", eran los gritos descontrolados y que quedaron registrados en ese video que dura menos de 20 segundos.
Otra persona en ese audio dice "cayó y agarró candela". Elías fue uno de los primeros en correr hacia los terrenos ubicados en el sector, pero al voltear un grupo de personas se le unió, pues todos querían ayudar.

"Me desesperé, grité y me paralicé. Escuché el estruendo y la explosión, lo primero que se me vino a la mente fue las casas que están cerca, las vidas que se iban a perder", sostuvo una señora, quien temblaba de los nervios, aún cuando ya había pasado unos minutos del accidente.
Cuando los vecinos llegaron al sitio observaron que la aeronave se estaba incendiando por la parte de atrás, detallaron que el fuego era alto y no podían acercarse.
Mientras unos observaban si había personas con vidas, otros gritaban "¡agua, agua!", y otros buscaban extintores, su misión era apagar las llamas y salvar a los tripulantes atrapados en el amasijo de hierro prendido en candela.
Como héroes
Gritos de ayuda y desesperación fue lo que vivieron los habitantes. Cuando lograron asomarse vieron cómo dos funcionarios trataban de salir, pero estaban atrapados entre las llamas y el amasijo de hierro.
En un video se observa a un hombre que le daba golpes a la cabina para poder rescatar al piloto, quien tenía medio cuerpo afuera, pero las llamas y el vapor le impedían auxiliarlo.
"¡Ayúdalo, hálalo!", era lo que gritaban las personas. Alrededor de cinco hombres se acercaron a la aeronave desafiando a las fuertes llamas, uno de ellos se colocó una franela sobre su rostro para cubrirse del vapor y se acercó más al funcionario.

El video es desgarrador, el militar gritaba, mientras que el otro hombre lo halaba hasta que logró rescatarlo de las llamas, en su intento de salida su pierna se fracturó.
Al mismo tiempo, pero del otro lado de la cabina, intentaban sacar al copiloto, quien también había quedado atrapado en el amasijo de hierro.
"Logramos sacarlos y entre varios los cargamos para llevarlos hasta la carretera. Le pregunté al piloto cuántos eran, no podía hablar, pero alzó su mano y con sus dedos me indicó que cuatro", sostuvo Soto.
Las personas gritaban desesperadas "quedan dos, hay que salvarlos", pero cuando se acercaron no pudieron hacer nada, las llamas estaban consumiendo casi que en su totalidad al helicóptero.
A los dos funcionarios los trasladaron en carros particulares hasta la emergencia del Seguro Pastor Oropeza. El capitán Wilber Sumoza, quien era uno de los tripulantes, fue quien se comunicó con sus superiores e informó sobre lo ocurrido.
Los habitantes de Santa Eduviges se convirtieron en unos héroes, esos que no necesitan capas para ser reconocidos por su valentía.
"Dios bendiga a toda esa gente que sin importarles el peligro que podían correr se movilizaron a ayudar a las víctimas", fue uno de los mensajes que recibieron los habitantes de Pavia en las redes sociales.
Euseglimar González.-
LA PRENSA DE LARA
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