Cada 14 de febrero se celebra el Día de Los Enamorados o Día de San Valentín.
El Día de San Valentín es el día más ocupado para los enamorados. ¿Llegará el regalo a tiempo? ¿Y la reserva de aquel restaurante de lujo?.
Esta tensión y estrés, naturales con tantas variables en juego, se intensifican cuando llega San Valentín y resulta que las cosas no van bien con tu pareja. ¿Será esta cena romántica la última que hagas? ¿Y qué hay de la sorpresa final que has preparado? ¿Logrará reavivar las llamas de la pasión?
¿El motivo detrás de esta fecha? Al ser un día en el que se debe expresar el amor de la forma más pura e intensa, cuando las cosas van mal estos gestos amorosos, lejos de sanar heridas, las acaban de abrir del todo debido a la insatisfacción, rechazo y otros malos pensamientos que llevan semanas o meses acumulándose en la mente de la pareja.
Ahora bien, ¿es eso verdad? ¿O se trata de eso, un simple mito? Un estudio de hace unos años pondrá luz en este asunto algo turbio.
William J. Chopik, profesor del departamento de psicología de la Universidad de Michigan, lideró en 2014 un estudio centrado en descubrir el impacto del apego evitativo en el estado de una pareja durante el Día de San Valentín.
Antes de seguir, ¿qué es exactamente el apego evitativo? Es un comportamiento que tienen las personas que huyen de sus emociones. Debido seguramente a problemas en la infancia, una persona con este rasgo ha aprendido erróneamente que debe desconectarse de lo que siente para sobrevivir.
Como resultado, las personas con apego evitativo tienen problemas para sentir, identificar y expresar sus emociones. Desde fuera parecen muy autosuficientes y seguras, pero esta falsa seguridad esconde otra realidad: se asustan de lo que sienten, son incapaces de reconocer sus emociones y, por lo tanto, desconocen lo que desean, temen o necesitan.
Chopik y su equipo decidieron investigar el Día de San Valentín para reafirmar o refutar investigaciones anteriores que afirmaban que si una relación ya está mal, tiene 5 veces más posibilidades de romper durante las 2 semanas que rodean el Día de los Enamorados en comparación con el resto de semanas del año.
Este profesor especializado en psicología descubrió una verdad a medias al respecto.
Para empezar, su estudio concluyó que, si una pareja se encuentra en una situación sana, y ninguno de sus miembros tiene apego evitativo, los gestos de amor típicos del Día de San Valentín ayudan a mejorar la percepción de ambos. La calidad de la relación se intensifica y se estrecha.
La cosa cambia cuando entra a escena el apego evitativo.
Tal y como explican estos investigadores, uno de los problemas de las personas con apego evitativo es que sienten menos satisfacción y ganas de implicarse en actividades y gestos sentimentales.
Precisamente, San Valentín es el día de la máxima expresión amorosa. Así que los investigadores descubrieron que los problemas y las posibilidades de romper por esas fechas surgían cuando, dentro de una pareja, un miembro se mostraba muy implicado en agradecer y mostrar amor, mientras que el miembro restante, con apego evitativo, no reaccionaba o respondía al nivel esperado.
Es en este tipo de casos en los que Chopik vio muchas posibilidades de que una pareja se rompiera durante los días anteriores o posteriores a San Valentín: ninguna de las 2 personas experimentan esa percepción de estar en una relación satisfactoria (una porque no se siente correspondida, la otra porque no quiere sentir) y de ahí pueden pasar a la fase de cuestionarse si deben seguir juntos o no.
Si te encuentras a gusto con tu pareja, la notas receptiva a tus muestras de cariño, y esta se implica en crear sus propios gestos, entonces no te preocupes con ese mito sobre San Valentín. Según este estudio, si una relación es sana, el Día de los Enamorados lo único que consigue es estrechar más el vínculo afectivo.
A decir verdad, lo que Chopik y compañía descubrieron es que las parejas que no esperan a San Valentín para mostrar su amor, sino que muestran cariño o lo agradecen regularmente de forma genuina, duran muchísimo más que aquellas que no son tan detallistas. Así que no temas con ser muy cariñoso, siempre y cuando no te fuerces.
Ahora bien, si notas que tu pareja no recibe muy bien tus expresiones de amor o su involucración al respecto te sorprende para mal o te defrauda, existen muchas posibilidades de que estés con una persona con apego evitativo.
En ese caso, lo pasarás muy mal en San Valentín, sobre todo si internamente has otorgado a este día un gran simbolismo. El chasco o decepción que sientas, debido a su magnitud, puede desembocar en ruptura. Pero lo mismo te puede ocurrir en cualquier otro día normal en el que hayas realizado una enorme inversión sentimental y no te hayas llevado nada a cambio.
Sea apego evitativo u otra cosa, la psicóloga Wendy L. Patrick concluye su reflexión con esta rotunda afirmación: «la celebración de los aspectos positivos de una relación es un paso necesario si se quiere mantener una relación de calidad». Si los 2 miembros de la pareja no se esmeran en celebrar lo que son, la llama se acabará apagando, esté cerca o no el 14 de febrero.
AGENCIA.-
COMENTARIOS