Desde el pasado
lunes 28 de marzo entró en vigencia la Ley a las Grandes Transacciones
Financieras (LIGTF), con la cual se obliga a pagar impuestos por transacciones
en divisas y criptomonedas. Este código está previsto en la Gaceta Oficial N°
6.687 del 25 de febrero de 2022. Es bueno recordar que el decreto ley fue
previamente dictado por Nicolás Maduro en el año 2015 sobre este tributo, pero
ahora pasa a tener carácter de Ley.
El contenido del
estatuto de impuestos no incluye la normativa que se aplica para cobrar el
tributo, principalmente el que se genere cuando una persona natural cancela a
un contribuyente especial. La vigencia de las exoneraciones del nuevo impuesto
será de un año a partir de su publicación.
Al respecto
pulsamos la opinión del economista y asesor financiero Adolfo Meléndez, quien
de antemano expresó que el impuesto fue aprobado de manera precipitada, “y
además inconsulta, por lo que no existe la suficiente información con relación
a esta nueva normativa”. Meléndez indica
que desde el Gobierno no indican cómo se debe cancelar, no dicen como se debe
indicar en las facturas, “por lo que deja muchas lagunas en cuanto a la forma
de cancelarlo. Además de ser inflacionario y regresivo, no es posible cruzarlo
como el IVA, y adicionalmente viola las normas impositivas”.
Para Meléndez, en
palabras simples se trata de un impuesto sobre otro, “porque se cobraría luego
de pagar el IVA”. Insiste el experto en que hay múltiples dudas sobre la
alicuota y especialmente cómo hacer la declaración, “es decir: la forma, formatos,
plazos y períodos de pago”, explicó.
Indica más adelante
que no se ha emitido providencia donde explique cuándo la factura se cobra en
forma mixta, “parte en moneda nacional y parte en divisa extranjera, y no
explica cómo se indicará en la factura, si es en coletilla a si va a afectar el
monto total de la factura”.
Dijo para culminar
que todo esto se indica sin tomar en cuenta los cambios necesarios que se deban
realizar en los sistemas administrativos de las empresas y lo que implica con
el asunto de las impresoras fiscales. “En fin, expuso Meléndez, hay demasiadas
dudas al respecto por lo que habrá que esperar para no caer en errores que
puedan resultar costosos, en los cuales no se debe incurrir en este momento en
la que muchos empresarios están trabajando con las uñas, como se dice
coloquialmente”.
Franklin Piña.-
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