El equipo Liceo fue constituido en agosto de 1949, pero entró en vigor al año siguiente, cuando sus fundadores Gualberto Lameda, Gerardo Meléndez, Gerardo Santeliz, Aníbal Zubillaga, Otto Aponte y Federico Álvarez se dispusieron darle forma a un team en el cual ellos formarían parte del line up.
Así las cosas, los primeros estiramientos del conjunto fueron en los campos abiertos de la ciudad dirigidos por Ramiro Torrealba y animados por la sempiterna madrina, Luisa Zubillaga.
En primera instancia fueron apodados “Los boinas negras”, porque era el color de la gorra de los muchachos, en su mayoría estudiantes, que se acercaban con la pretensión de ser incluidos en el equipo. Posteriormente y hasta estos días, acuñaron el apodo de “Los caras bonitas”.
La primera madrina del Liceo fue la señorita Cirila Suárez y desde que saltaron al campo el equipo fue de los más temidos por su fogosidad y ávidos de hacer cosas qué decir.
Se destacan las familias Silva, Rosas y Zubillaga en la manutención del club en sus primeros años.
Entre las figuras históricas del Liceo sobresalen los nombres de Ignacio, Ricardo y Pedro Rosas; Aníbal, Cristóbal, José Antonio, Cecilio, Félix Mariano y Alonso Zubillaga. También los hermanos Silva: Carlos, Simón, Antonio y el “Ñero” Héctor. Rosters compuestos por Desiderio “Yeo” Herrera, Natico Franco, Chemón Ávila y Flavio “Chote” Herrera también están en la historia liceísta.
Cuando deciden incursionar en el Beisbol Tradicional Caroreño, el Liceo se forra con una adquisición foránea de lujo. Un fornido pelotero traído de San Felipe brillaba entre los forasteros: Sulpicio Betancourt. Luego trajeron de Maracaibo a Ricardo “La Cabra” Larrazábal, Encarnación Rodríguez, Román Vilchez, Ramón “El Picure” Medina y al terrible Robinson Aguirre “El Porrogoyo”. Gustavo Fernández, Leo Ferrer y Rufino Portillo también vistieron la ropa del Liceo, que bajo la dirección de Joselito Sánchez se alzaron con la copa de campeón en su año de estreno en 1952.
Pero hay más beisbol liceísta: Con el correr de los años el equipo tomó forma y se hizo funcional. En 1962 se quedaron con un torneo memorable, el Fuerzas Armadas de Cooperación. De ahí en adelante se trata de un equipo con ADN ganador gracias a los colaboradores que le imprimieron emotividad y organización salida de las aulas de secundaria del Liceo Egidio Montesinos. Flavio Herrera, Víctor Yépez, Domingo Perera, Gerardo Almao, Miguel María González, Ligia Zubillaga y Amalia Rosa Oropeza (La Pelona) mantuvieron viva la tradición liceísta.
Aparte de Luisa y Cirila, otros nombres engalanan la lista de las primeras madrinas del conjunto: Vivian Chávez, Aura de Espinoza, Mireya de Mosquera, Juanita Silva y Yorma Rosas. Las mascotas fueron es su inicios, los hermanos Elector y Valmore Zubillaga.
No pretendemos conocer lo que está en el porvenir ni en cabeza de quienes hoy están al frente de esta histórica divisa, lo que de sí estamos seguros es que será una vez más, una aguerrida opción digna de su quintaesencia ganadora.
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