En días pasados, el mundo se impresionó por un episodio repugnante en medio de la gala de la entrega de los Óscar de la Academia del Cine.
Will Smith, propinó un duro golpe en la cara a Chris Rock, comediante, quien fungia como presentador del magno evento de las artes escénicas. El golpe fue la respuesta del ganador del premio al mejor actor, por un comentario sobre la alopecia de su esposa.
Hasta aquí, podríamos tener diversas opiniones, hay quienes opinan que la reacción del actor, fue desmedida, otros comentan que el comediante anfitrión no debió burlarse de la caída del pelo de la Sra. Smith, otros pensaron que este golpe, formaba parte del libreto. En fin, diversas opiniones surgieron por algo que en definitiva, manchó tan importante evento.
Es importante revisar la burla, pienso que hay diversas formas de hacer humor, mientras más refinado sea el humor, habrá mayor demostración de inteligencia. Eso no quiere decir, que sea mejor, determinado comediante que otro. Ya eso, es cuestión de gustos, todos estamos claros que entre gustos y colores, siguen sin escribir los autores.
El bullying o el "chalequeo", no es nuevo, es sumamente antigüo, solo que ahora las victimas tienen medios de defensa, eso es positivo para la sociedad. Aunque hay abusos en el uso de esos artifugios que son utilizados por ciertas personas con intereses distintos a lo que en realidad, debería ser el fin de estas normas. La protección per se de la víctima, pero todos sabemos cómo se manejan las cosas y más aún, las leyes en estos "paraísos legales", dónde la justicia la impone, la mayoría de las veces, quien más tiene.
Hablando del tema, debemos tocar el respeto, esta palabra es la base de la convivencia y siento que cada día lo practicamos menos.
Quien se burla continuamente de una condición de otro semejante, deja mucho que desear de si mismo, más aún, si lo hace en público para hacer reír a los demás a costillas de alguien, que por lo general, no tiene culpa de determinada condición y si la tuviese, lo mejor es decirlo privadamente.
Todo ser, entiende claro esto, que estoy explicando, pero a veces, caemos en seguir el juego a determinadas personas, porque los vemos como líderes de grupo o más aún, algunos dicen llamarse "influencers", algo así como personas influyentes.
La mayoría de ellos, se autodefinen influyentes, llama la atención el término, pero así anda el mundo. Ya no importa tanto lo que piensas, lo importante parece ser a quien sigues.
Cosa extraña la mayoría de las veces, no se sabe a quienes siguen, por qué solo le conocen la vida digital, es decir, solo le ven las fotos o los vídeos que montan día a día. No saben de dónde vienen y mucho menos a dónde van.
En realidad, la autenticidad, parece perderse, esto es muestra de ello. Pienso, en lo particular, sin intentar ser juez de nada ni de nadie, que un evento de la talla de la entrega de los Óscar, debe haber mucho de que hablar para ser el presentador de tan importante evento. Se imaginan, toda la historia del Cine, la vida de los más importantes actores y actrices del celuloide, para estar pendiente del cabello de una de las esposas de determinado actor. Creo que hay formas más elegantes y atractivas para llamar la atención.
Quizás, lo que se busca con todo esto, es generar polémica, porque eso es lo que vende. El drama vende, muchas veces el escándalo es la base del relanzamiento de determinados actores o cantantes, así andamos, de repente y tal, se convierte cualquier acto de infedelidad de alguien del medio artístico, en una novela, al mejor estilo de Delia Fiallo. Así las cosas, hasta parece ser normal.
No es necesario burlarse de alguien, para caer bien, así se vea cómico el episodio, para entender esto, debemos siempre tener presente el respeto.
La dinámica actual, tiene mucha gente pendiente del teléfono, para casi todos, la sociedad está mejor informada.
Sinceramente, me gustaría estar equivocado, pienso que nuestra sociedad maneja demasiada información, pero no estamos preparados para manejarla, falta criterio, porque eso no se encuentra en Google.
Lo básico se aprende en casa.
Nuestros hijos, están más pendientes del mundo digital, porque hace más cómoda la vida de nosotros los padres. Si no hablamos con nuestros hijos, es difícil, trasmitir principios.
Hagamos este ejercicio, piensa las horas que te roba el teléfono de tus hijos, versus las horas en las que logras captar la atención de ellos. Ya ni para comer, nos separamos de este aparato. Debemos pensar, al menos revisarnos.
Quizás, ya no esté de moda hablar con los hijos sobre estos temas, o solo nos demos cuenta, cuando la batalla contra el metaverso este perdida.
Sin embargo, la vida da oportunidades para enmendar el capote, debemos inventar una forma de hacer entender a quienes queremos, que la esencia personal es la carta de presentación de cada quien, que la diversidad es la resulta de la universalidad del pensamiento, que la igualdad, viene dada por el acceso a la información, no por su tabulación.
Eso sí, podemos ver el mundo de mil maneras, pero incluyendo en nuestro mundo a todos, tal cual somos. De lo contrario, no sería mundo. Quizás, seríamos como ese "mundo", el que nos quieren vender, ese que solo existe dentro del teléfono.
Por: Pedro José Álvarez Chirinos.-
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