Haciendo una analogía de la famosa frase popularizada por el "El Tío", personaje popular de nuestra época estudiantil, con la hazaña lograda por el jinete Venezolano Sonny León quién logró el triunfo en la edición 148 del Kentucky Derby sobre los lomos del caballo Rich Strike (Golpe de Suerte), creo que se puede hacer una película por la manera como se dieron las circunstancias de la sorprendente victoria.
Es muy común escuchar que "hay que estar en el lugar indicado, en el momento dado", fue lo que le ocurrió al fusta criollo, ya que hasta el día viernes no aparecía en el listado de participantes de la carrera, considerada como "los dos minutos más emocionantes del deporte mundial". Al producirse el retiro de uno de los favoritos el día viernes, es llamado el caballo número 22 en el listado, pero los apoderados del mismo señalan que su ejemplar no estaba listo para correr al día siguiente, es allí cuando llaman al número 23 en la lista, Rich Strike, cuyos propietarios aceptan aún a sabiendas que su jinete habitual, Ken Desermoux, estaba ocupado y no podría cumplir con dicha monta.
Entonces le consultan al entrenador para saber qué jinete podría ser el más indicado, y él señala a Sonny León dado a que ya conocía al caballo y éstos muy a su pesar aceptan la propuesta (dudaban de la inexperiencia de León en éste tipo de competencias) y ya sabemos el resultado de la competencia en la que dicha victoria se convierte en la segunda mayor sorpresa en cuanto a dividendos pagados en la centenaria carrera hípica.
El triunfo de León se equipara al logrado hace 51 años por el gran Gustavo Ávila sobre el ejemplar criollo Cañonero, quienes, con la preparación del entrenador venezolano Juan Arias lograron ganar la edición del año 1971. Son varios (9) los jinetes criollos que han intentado ganar la famosa prueba sin obtener éxito, entre los más destacados puedo mencionar a Ramón Alfredo Domínguez (miembro del salón de fama de la Hípica Estadounidense), José Javier Castellanos, quien ganó más de 5 mil carreras en los óvalos de los Estados Unidos pero, fue éste joven de 32 años el que al parecer estaba predestinado para entrar en la fama al ganar esta carrera que lo catapulta a la palestra de la Hípica Mundial.
Así las cosas, queda como lección que jamás hay que perder la fe y la confianza en lo que se hace porque las oportunidades pueden llegar cuando menos nos las esperamos y hay que estar preparados para poder salir victoriosos.
Bravo por Venezuela, bravo por Sonny León, a quien en verdad le tocaba.
José G. Ocanto S.-
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