Dos meses han pasado luego de la reubicación de los comerciantes informales y del desahogo del casco central de la ciudad de Carora y los comerciantes formales del centro caroreño han manifestado que las ventas han mejorado considereablemente.
Las aceras, el paso peatonal y vehicular, estuvo obstaculizado por varios años en el centro de la capital torrense, donde el comercio formal fue uno de los más afectados, producto de la violación de los frentes de los establecimientos comerciales.
El pasado mes de marzo, este sector comercial ya establecido en la zona vio la luz con la reubicación de los vendedores informales en las adyacencias de la plaza Chío Zubillaga. Al respecto, el señor Carlos Marcos, propietario de una panadería ubicada en la avenida 14 de febrero indicó que anteriormente las entradas de sus negocios se mantenían obstaculizadas por lo que los clientes, preferían ir a otros establecimientos donde podían comprar con más tranquilidad.
Señaló también el comerciante que con la ayuda de las brigadas de bienestar de la Alcaldía de Torres, se ha mantenido el orden en la zona y los conductores han respetado las normas de tránsito vehicular.
UN MES PARA ELVENCIMIENTO DEL PLAZ
El próximo 14 de junio se cumplen los noventa días que dio el ejecutivo municipal para reubicar a los comerciantes informales a un espacio fijo. En un primer momento, desde la alcaldía torrense habían hablado del Mercado Municipal como una posible opción, sin embargo, hasta el momento no se ha oficializado nada al respecto.
Sobre esto, los vendedores han manifestado su negativa en ocupar los espacios del mercado caroreño, alegando que las ganancias en ese recinto comercial no son las mismas que obtienen en el centro de la ciudad.
Yanitza Martínez.-
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