Muy cambiante el clima en estos días recientes, pareciera estar pasando algo raro en nuestro ambiente. Quizás, no nos damos cuenta pero los días de junio no eran así como estos que abordamos hoy.
Atrás quedaron los vientos y las hojas en el suelo, característica propia de este mes, tan de nosotros, tan de ferias.
La semana pasada llovió casi en todo el país, eso me indujo a averiguar un poco sobre el cambio climático, que no es más que un sobre calentamiento global, producto de la acción del progreso.
Para crecer como países industriales, generamos muchos gases tóxicos, entoncesz como en la vida, eso nos está pasando factura.
Luego de leer interesantes versiones sobre este tema de diversas fundaciones y entes dedicados a este trascendental tema, el llamado es a la conciencia. Llegó la hora de ser concientes con nuestro medio ambiente.
Siento que este tema lo vemos como superficial, como si fuese una moda, no estamos prestando la atención debida, nuestro ambiente lo amerita.
A continuación, detallo pequeñas cosas que debemos comenzar a hacer para disminuir el impacto de nuestra desidia para con la naturaleza. Son pequeñas cosas que si las hacemos todos, significarán grandes cambios positivos.
Comenzamos por revisar nuestra griferías y corregir los botes de agua, demás está decir nunca dejar la llave de agua abierta.
Aunque parezca que retrocedemos en el tiempo, debemos buscar la manera de recoger agua cuando llueve, una manera de hacerlo es a través de canales. Esta agua nos servirá de mucho en nuestros quehaceres diarios.
Debemos tratar de usar el carro lo menos posible, aunque con esta crisis de combustible se hace difícil poder cargarlo, debemos caminar más, así llevaríamos una vida más saludable y nuestro aporte de anhídrido carbónico baja un poco.
Al cargar cualquier objeto electrónico, debemos desenchufar el cargador. Casi nadie hace esto. Es necesario volverlo costumbre.
Otro hábito importante, es disminuir el uso de las bolsas plásticas. Este elemento dura demasiado tiempo para desintegrarse y es el principal enemigo de nuestros mares y ríos.
Debemos comenzar por implementar ir al supermercado con un saco o bolsa de tela, son simples las soluciones, son cuestión de conciencia.
Otro hábito amigable al ambiente, es sembrar cada uno, al menos un árbol. Debería ser obligatorio hacerlo anualmente, se imaginan cuan distinto fuese el panorama, tendríamos más verde alrededor, más sombra, es muy fácil hacerlo. Debería ser una misión del Estado a través de las escuelas y liceos. Si nos proponemos a hacerlo, seguro lo lograremos.
Nuestro ambiente, necesita mayor comprensión, hemos obtenido mucho de él, sin mayor esfuerzo.
El mundo por venir, nos demandará más alimentos, por supuesto generaremos mayor calentamiento. El agro ya ha dado avances ecológicos para un mejor aprovechamiento de los recursos. Solo falta masificarlos, los Estados deberán dar todo el apoyo a estas iniciativas, pero todo esto de nada sirve si no nos abocamos a educar debidamente a nuestra generación de relevo.
También, es fundamental castigar a quien atenta contra el ambiente. Acá, en nuestra Venezuela tenemos muchos delitos de este tipo y pareciera no importar. Algunos creen que lo que están sacando de esos sitios, en su mayoría metales preciosos, tienen valor, quizás si, pero el daño que hacemos al ambiente no es calculable, no tiene precio.
Parar estos atropellos, basados en las leyes que existen para ello y educar, son las únicas salidas.
Pereciera que nosotros los humanos creemos que el ambiente nos pertenece, cosa más falsa, somos nosotros parte de él. El equilibrio debe existir, sin el no hay vida posible.
Espero cada quien haga su labor y ponga su grano de arena, este tema no suele tener la importancia que debiera. Pero cuando nos pase mayor factura, veremos la debacle de atentar contra la naturaleza.
Por: Pedro Álvarez.-
http://www.diarioelinformante.com.ve/2022/06/conciencia-ambiental.html
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