Con motivo de la última matanza en Uvalde, un pueblo desconocido por muchos en la frontera de Estados Unidos con México, Texas, se han encendido las alarmas en cuanto al acceso que tiene cualquier común a las armas en esta potencia del mundo.
¿Por qué tanta alarma?
Quienes me leen, me acusaran de cínico al escribir semejante pregunta. Ahora, les hago las siguientes preguntas: ¿Es primera vez que esto ocurre en Estados Unidos, solo ocurre en en ese país, cuántas veces hemos sido testigos de semejantes aberraciones, sabemos el verdadero porqué de las guerras, cómo actuamos frente a la "matanza" en Ucrania, son estas víctimas distintas a las demás? ¡No! Son personas inocentes, 19 niños y dos maestras quedaron sin vida como saldo de los disparos de un desadaptado social, por decir lo menos.
El atacante, es sin duda el victimario, pero él no deja de ser víctima de esta sociedad, sí, la misma que compartimos tu y yo, el mundo es global. Lo bueno y lo malo es consecuencia de nuestros actos y mucho de lo que está sucediendo es por nuestra comodidad, por nuestra negligencia.
Llegó el momento de ocuparnos, nadie lo hará por nosotros, el mundo está así, convulsionado porque no sabemos criar a nuestros hijos. No le podemos cargar la culpa al victimario, es necesario saber y estudiar las causas, desarrollar un método y en retrospectiva, construir un nuevo fundamento de la nueva sociedad.
No podemos culpar a los jóvenes de no tener eso claro. ¿Acaso, nosotros nacimos aprendidos? Nos lo enseñaron y eso debemos reconocerlo.
Estamos así porque preferimos la comodidad de lo fácil, de lo rápido. Hacemos tareas de nuestros hijos, googleando, cortando y pegando. Mientras a ti, si no te aprendías la tabla de multiplicar, quizás te daban un regaño o al menos un castigo. ¿Es o no, verdad?
La revisión es a nosotros mismos, estamos viviendo una vorágine que nunca imaginamos.
Una serie de sentimientos encontrados ataca gran parte de la sociedad, casi nadie alcanza lo que los grandes medios dan a conocer como felicidad. Estamos siguiendo estereotipos que no existen, la vida digital nos vende unos modelos carentes de principios, gente vacía, pendientes solo de lo banal.
Muestra de esto, es la audiencia que tuvo la querella de Johnny Depp y su exesposa Amberd Heard, lograron un récord de sintonía en RRSS, dos exesposos difamandose fingiendo sentimientos, desfigurando todo concepto de respeto hacia quien en otrora fue su pareja.
Sí, algo muy loco, ahora lo llaman tóxico. Es lo que llama la atención de la mayoría, así andamos. En el medio farandulero termino esta película y se nos viene la versión latina, Piqué vs Shakira. En fin, atrás quedaron los principios, no es que vamos a ser enchapados a la antigua; se puede ser abierto y entender los cambios propios del paso del tiempo.
Se entienden muchas cosas, porque al final la esencia es la misma. Pero es que ya queremos inventar cambios en la esencia de las cosas, ahí es donde radican las mayorías de los problemas.
Paradójicamente, hablamos mal de los fabricantes de armas y de los vendedores de las mismas. Pero, debemos ver más allá, ambos existen para atender un mercado. Me atrevo a decir, que si no existiesen, el mercado negro pondria más armas en cada escuela, como nos sucede con la droga.
No necesitamos más ejércitos, o más policías. Necesitamos padres y madres, responsables, maestros cumpliendo con su labor, olvidemos cuánto gana un maestro en Venezuela, eso es harina de otro costal. Me refiero a que cada quien, debe cumplir su rol en la sociedad y defenderlo. Nuestros hijos andan como las hojas en el viento, no saben dónde pararán.
Esto es muy duro, pero no podemos perder la esperanza, debemos buscar sintonía con ellos, para poder influenciarlos positivamente e inculcar los valores necesarios para detener esta debacle social. No escribo, para que sean igual a nosotros, ellos respetando sus códigos pueden evolucionar hacia lo positivo.
Siento que el mundo lo quieren diseñar desde el odio, desde el desamor, desde la comparación, no es así. El mundo de la plenitud de criterios es posible, el mundo del respeto, de la tolerancia, puede existir, necesitamos más amor.
Es en serio, necesitamos querer al prójimo, ayudarlo sin esperar nada a cambio. Debemos desprendernos para ayudar, no se trata de dar lo que nos sobra, se trata de sufrir o pensar el dolor del otro y actuar, sin poses, sin fotos. Ese mundo existe, es más, creo que ese mundo es el que de una u otra forma, impide que estás masacres sean más comunes.
El llamado es, a acabar con el mercado de las armas, no a los fabricantes ni a los vendedores. El llamado es a educar a quienes tengamos bajo nuestra responsabilidad, todos somos responsables. Analicemos desde nuestra tribuna y veamos, qué podemos hacer para lograr un mundo menos violento, más amigable.
Algunos dirán que esto que planteo es casi una utopía, no importa, muchos creemos que tenemos la obligación de dejarle un mejor mundo a nuestros hijos y a nuestros nietos.
Ellos no tendrán otros padres ni otros abuelos.
¡Los buenos, somos más!
Por: Pedro José Álvarez Chirinos.-
http://www.diarioelinformante.com.ve/2022/06/de-quien-es-la-culpa.html
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