“En mi experiencia de estudios
latinoamericanos bajo la dirección de José Briceño Guerrero, creo que Carlos
Andrés Pérez es el único verdaderamente demócrata”.
Así de tajante es Cecil Álvarez Yépez al ser consultado sobre lo que piensa de Carlos Andrés Pérez, del que se cumplen 100 años de su nacimiento este 27 de octubre, y que de acuerdo a lo dicho por nuestro interlocutor, “debe ser celebrado y recordado como se merece”.
Para Álvarez, el dictamen de la historia con relación a CAP ha sido irrefutablemente claro y preciso, al sentenciar que “fue mártir de una sucesión de conspiraciones sombrías y pobres, que desataron la inestabilidad política y social que conllevaron al país al más espantoso abismo”.
¿Siendo usted un hombre formado en la izquierda, cuál cree que fue la
gran virtud de CAP?
Cuando decido marcharme del MAS le redacto una carta de mi tío Nano Yépez, que a su vez se la envía a Rómulo Betancourt, y la respuesta de Betancourt fue: “¡ah muchachito inteligente!: está haciendo lo mismo que hice yo en mis años de mozo”. No hay nada en este país que no haya dicho Betancourt y que no haya llevado a cabo CAP. Para mí, la gran virtud de Pérez fue esa: estar apegado a los dictámenes de sus mentores. CAP no solamente tuvo la capacidad de defender la democracia, tuvo la valentía de salirle al frente al golpe de Estado, y eso tiene un valor incalculable.
¿Cómo lo recuerda personalmente?
Sabes que no tuve tiempo de conocerlo a fondo de manera personal ni en franca conversación, pero lo que sé es que me tocó salir en pijama el día que le dieron el golpe de Estado con una escopeta dispuesto a defenderlo.
Sin embargo, su nombre sigue siendo atacado de manera inclemente por
sus adversarios.
Los comunista, y yo vengo de ese discurso, lo acusan de ser un asesino. Para esos trasnochados de izquierda que no conocen la historia les voy a recordar que CAP fue el que logró la liberación de Alí Lameda. ¿Y quién le quita eso a CAP? Eso son frustraciones de la izquierda que no reconoce que las cosas logradas por el ex presidente ni siquiera las logró Fidel Castro.
Y como gestor cultural, ¿cómo fue la labor de CAP dentro de las
políticas públicas referentes a este sector?
CAP quiso meter a Venezuela en la modernidad cultural; es decir, lograr una cuestión de primacía similar al mundo europeo, lo cual logró a medias. Y se logró a medias por cuestiones propias de lo que somos como latinos y de eso no se da cuenta la gente. Sin embargo, el esfuerzo hecho por Pérez fue efectivo: ahí están las Becas Gran Mariscal de Ayacucho; y con José Antonio Abreu se consiguieron los recursos para lograr El Sistema, que es el mejor del mundo, gracias a la visión futurista de CAP.
Se dice mucho que Juan Martínez fue el fundador de la primera orquesta infantil de Venezuela, que es verdad y fue gracias a la ayuda de los chilenos que venían de ser derrotados por el Gobierno de Pinochet, pero lo que se llama El Sistema lo hizo José Antonio Abreu.
¿Hay un estancamiento en materia cultural en los actuales momentos?
A mí me tocó ser el Director de Cultural del gobernador Mariano Navarro, y allí logramos grandes proyectos sin mezquindades algunas. Hoy esto está paralizado porque se debe a que esta gente tiene mucho discurso y poca acción por ineficientes y ese es el comportamiento de la izquierda en América Latina porque simplemente no conocen la cultura.
Tenemos 1800 niños formándose en la música y cuando desean expresar con alma eso en lo que se están formando, lo hacen con una técnica, con conocimientos nunca visto, y esa es la Venezuela que se está levantando en el arte y la música. Eso era José Antonio Abreu. Eso no lo entiende la izquierda.
Volviendo a CAP: ¿Por qué cree que fue derrocado durante su segundo
mandato? ¿Cuáles fueron las perversiones que llevaron a ello?
Por envidia. Rafael Caldera nunca le perdonó a CAP que lo desplazara siendo presidente en dos ocasiones. Y es que Copei nunca fue un partido popular; lo vino a ser aquí en Carora con Morillo Gómez a la cabeza. Hay una anécdota de Andrés Eloy Blanco siendo presidente del Congreso, que después de la intervención de José Camacho, dirigente sindical y en aquel tiempo único diputado negro de Copei: el poeta palmeando a Caldera, le entregó un papelito: Hay cosas que son de ley y que resultan un fiasco, mujer orinando en frasco y negro inscrito en Copei. Copei jamás fue un partido querido por el pueblo.
Para finalizar: ¿CAP fue o no un profeta?
Conocía profundamente a Venezuela y era un político de fuste. Por eso dijo lo que dijo, por eso pronosticó todo este desastre.
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