Carora cumple hoy 453 años, una
fecha que se celebra apegada a una de las versiones sobre la cual se ha fundado
por Juan del Thejo en 1569, con el nombre de Nuestra Señora de la Madre de Dios
de Carora. Luego de quemada por los ajaguas, Juan de Salamanca la mudó y
rebautizó en 1572 con el nombre de San Juan del Portillo de Carora.
Son 453 años los que distan de la fundación primigenia de nuestra ciudad, y se sabe que ocurrió en el mes de septiembre y desde hace años ha sido acogida la fecha del 8 como la de su nacimiento.
Se acostumbra por fechas como éstas exigir de las autoridades más atención hacia esta preterida y tesonera comarca, porque es mucho lo que le falta a la ciudad y poco lo que se le ha hecho.
Gracias a su gente, hemos enfrentado en el pasado grandes desafíos y todos fueron superados con éxito; cuando la adversidad en diferentes campos hizo necesario convocar a un solo aliento, el tesón de los caroreños se hizo presente levantando realidades e inspirando futuro. Mucho de lo que hoy se tiene es el resultado del esfuerzo de incontables hombres y mujeres que forjaron esta ciudad centímetro a centímetro y a pulmón, con el trabajo como norte y honestidad como plectro, enmarcada en la perseverancia y la valentía.
Somos hoy la ciudad que nos entregaron nuestros mayores y tenemos que hacer lo que podamos para dejar a nuestros descendientes la mejor Carora, aquella que exprese el alma valerosa y orgullosa de Pedro León y Jacinto.
Y si alguna vez hemos demostrado fuerza, inteligencia y capacidad, ha sido este año: tuvimos una expoferia como el evento de mayor concurrencia de los últimos años y que sirvió para poner a prueba el talento y la creatividad con lo que mostramos una ciudad amable, alegre y civilista. Y tuvimos beisbol, ese deporte que nos brota y respiramos. Del parque ferial a nuestro estadio se organizaron dos eventos que nos identifican y de los cuales quedamos bien parados.
Ojala sean la musa para que más pronto que tarde volvamos mirar al horizonte y retomar la vida de siempre y entonces aprendamos que de la dejadez debe surgir la unidad, y de la unidad un nuevo ritmo de progreso y comprensión en el que se respeten las diferencias, se busque la equidad y se rescate el valor multidimensional de cada caroreño. Es tiempo de construir una Carora humana, justa, equitativa y emprendedora. Es tiempo.
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