Querer estar de acuerdo con todos es algo imposible. Comenzando con esta máxima, podríamos debatir cualquier cantidad de tiempo sin llegar a ningún lado, hablando de la elección primaria de un candidato de la llamada oposición política venezolana.
Pienso que sería muy interesante un debate de ideas, revisar el plan de gobierno de cada uno de los candidatos existentes. No creo en debatir sobre las cualidades o defectos de cada uno de ellos, necesitamos saber qué quieren hacer con el país, para y porqué quieren ser presidentes.
Ya basta de seguir buscando mesías, el centro de atención de la oposición venezolana está en hacer ver al venezolano común, ese que habita fuera de las burbujas existentes, hacia dónde vamos como nación, enseñarles a dejar la dependencia de las dádivas y creer en el esfuerzo propio como la única salida ante esta debacle económica y social.
Sería interesante analizar con un equipo de alto nivel, inclusive podrían ser analistas internacionales y universidades para ver la posibilidad de armar un gabinete con parte de los candidatos. Esa sería una gran demostración de querer servir al país desde el ejercicio de sus cualidades, cada uno de estos candidatos tiene virtudes sobresalientes que los destacan y de una u otra manera, ellos han venido enfrentando al régimen desde su óptica. Unos más, otros menos, inclusive algunos podrían verse cercanos al régimen, pero hasta eso, en el buen criterio nos serviría para plantearles un súper gabinete.
Debemos entender que el enemigo es quien está en el poder y no debemos desgastarnos en competencias domésticas. Imperioso entendernos como la mayoría que somos, sí, mayoría con muchas diferencias, pero con hambre de cambio. Es momento de capitalizar todo el descontento en contra de quienes gobiernan.
Todos los candidatos tienen características buenas y sus defectos, recordemos que son humanos.
En su mayoría, creamos en la buena intención que dicen tener, yo soy optimista en cuanto a creer en la posibilidad de sentarlos a todos en la misma mesa y llegar a un acuerdo. Esto debería ser posible y plausible, sería una alta demostración de madurez política.
Recordemos algo sumamente importante, quien gane la Presidencia de la República, debe tener una alta capacidad de negociación para lograr sacar el país adelante, ese país donde seguiremos viviendo los que estamos y los que vendrán.
Pensar en un consenso no lo veo descabellado, gracias al consenso se han logrado buenos objetivos electorales, el municipio Torres es fiel ejemplo de ello.
Sin duda, debemos ir en bloque sólido unitario al final de la contienda electoral.
En ese consenso nacional debemos estar involucrados como sociedad, es decir, los ciudadanos que apoyamos los distintos candidatos, también debemos de entender el beneficio de lograr el acuerdo deseado. Es un paso en firme a la unidad de pensamiento y nos ayudaría a enviar a los escépticos, una comprometedora señal de verdadera esperanza.
Si esto que se plantea, se logra, en realidad no importaría el nombre del candidato, lo esencial quedaría plasmado en una hoja de ruta a seguir por quien ponga su nombre en el liderazgo de esta gran misión.
Venezuela puede llegar a un logro tan importante como el que está planteado. Tiene hombres y mujeres, capaces de ser las cabezas visibles de este viraje, ellos existen sin lugar a dudas, solo que debemos apoyarlos en vez de criticarlos, debemos ayudar a su entendimiento, es la mejor forma de construir país.
Cierto que la actuación de algunos políticos, no ha sido lo esperado por sus seguidores, pero no podemos condenarlos. Tampoco, es fácil convivir haciendo política en estos regímenes.
Es momento de aportar con nuestra conducta y criterio a la UNIDAD, entendemos que somos mayoría sí solo sí, llegamos en un sólido y fornido bloque.
Cada uno de nosotros debe sacrificar algo, Venezuela bien vale la pena.
¡Adelante!
Por: Pedro José Álvarez Chirinos.-
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