En la columna de esta semana tuve el honor de contar con la colaboración del abogado y profesor universitario en derecho Antonio Canova, quien conjuntamente con un grupo de otros profesores y alumnos llevan adelante un proyecto desde la ONG un estado de derecho sobre el estudio y canalización de un nuevo modelo educativo disruptivo que se está gestando a nivel mundial y Venezuela no es la excepción.En esta entrevista realizada al amigo Antonio estaremos abordando temas como los vales educativos, las microescuelas y los retos de la educación en nuestro país.
¿Qué está pasando con los modelos educativos a nivel mundial?
Nada es permanente ni inmutable. Nada. Todo evoluciona. La evolución es lo natural.¿El modelo cómo aprenden los niños y jóvenes actualmente, que tiene en sus bases alrededor de 100 años estará evolucionando? ¿Será este tema, tan importante, que interesa tanto a las familias, la excepción y no podrá nunca cambiar de raíz? ¿Acaso los modelos educativos en todos los países del mundo son tan buenos, funcionan de manera inmejorable, al extremo de que no tenga que evolucionar? ¿No habrá descubrimientos, avances, evidencias, tanto en nuevas tecnologías, en pedagogía, en la comprensión del funcionamiento del cerebro humano, que impulsen un replanteamiento de las bases y objetivos del sistema educativo tradicional? Y por último, ¿Los objetivos de los sistemas tradicionales de educación siguen siendo los mismos que hace 100 años, o más, cuando se instauraron? Deténgase aquí, querido lector. Piense en las respuestas a estas preguntas.Busque en Google. Pregúntele a ChapGPT. Revise la cantidad de libros publicados en los últimos 15 o 20 años sobre todos los cambios ocurridos en cada uno de estos aspectos. Hágalo. No le tomará más de un día formarse una opinión. No tengo dudas: todos concluirán que está ocurriendo una transformación radical en la educación, hoy, en todo el mundo. Y que ese cambio en proceso hará que en muy poco tiempo todos tengamos una visión de la educación de los niños y jóvenes muy diferente a la tradicional, que se expone cada día más como vetusta, arcaica, ineficiente, inidónea y no centrada en los niños, un aprendizaje libre, adaptado a cada uno y que despierte su curiosidad natural que los lleve a disfrutar, sino, más bien, en un contenido desfasado, obligatorio, en la mayoría de los casos inútiles, impuesto por los políticos que llegan al gobierno.
¿Cuál es tu opinión acerca de la propuesta de la privatización de la
educación en Venezuela?
Privatización es una política que se impone desde el gobierno cuando se percata que ha incursionado en una serie de actividades económicas, formando empresas, que son muy ineficientes, costosas, corruptas y que nadie las quiere porque prestan muy mal servicio o elaboran productos de malísima calidad. Es, por así decirlo, un remedio que asumen algunos gobernantes después de otros anteriores, o incluso ellos mismos, antes habían creado empresas para fabricar productos tan variados, por ejemplo, como pañales, chocolates, tubos, lavadoras, cigarrillos, cemento, ladrillos, aluminio, arepas o cachapas, etc., o prestar servicios como loterías, seguros, bancos, gas, aseo, búsqueda de empleos, telefonía y un infinito etcétera. Un remedio que consiste en reconocer que es innecesario y, más que eso, insistir en esas empresas públicas cuando no pueden competir con otras privadas en calidad y eficiencia, cuando la gente no quiere comprar sus mercancías o contratar sus servicios porque son malos, y que están quebradas porque cuestan demasiado sostenerse en funcionamiento porque tienen pérdidas y hasta sus trabajadores se van, y se quejan, porque no reciben buenos sueldos ni beneficios. Claro, los políticos cuando llegan al gobierno se meten en esas aventuras empresariales porque el dinero no es de ellos, no son sus bolsillos los que pierden, sino que usan los dineros públicos, y porque con esas empresas tienen grandes negocios, con los que ellos y sus amigotes se hacen millonarios y pueden contratar a un grupo enorme de sus compañeros políticos. Además, saben que luego saldrán del gobierno y dejan a los políticos que vienen con todas esas empresas quebradas y el dilema de seguir en esa dirección equivocada o de tomar la política inversa de vender esa cantidad de empresas publicas innecesarias, o simplemente cerrarlas, porque nadie quiere siquiera comprarlas. Eso es privatizar.
En este caso de la educación está pasando algo muy diferente. No puede hablarse de privatización propiamente.
En educación, en Venezuela, como en muchos países, desde hace unos 100 años los Estados han asumido una responsabilidad que es favorecer que todas las personas, todas, en especial los niños y jóvenes, puedan aprender cosas necesarias para que lleven una vida autónoma. El conocimiento es una herramienta necesaria para que toda persona sepa cuáles decisiones son más beneficiosas en su vida y pueda desempeñar alguna actividad valiosa a los demás, con la cual poder trabajar y vivir con dignidad, desarrollarse, florecer. La educación, en esa visión, un bien público, es decir, una actividad que produce beneficios no solo para los educandos sino para toda la sociedad, y ello ha justificado que se implemente políticas en su beneficio, pagadas por todos en común.
Ahora bien, con el tiempo esa intervención del Estado se ha llevado adelante en muchos países mediante la instauración de un monopolio educativo, es decir, se implementó la educación de niños y jóvenes como que es deber exclusivo del Estado, según sus reglas estrictas y a sus fines particulares. Por eso los Estados han: diseñado sistemas en todos sus aspectos, construido planteles según ese diseño, elaborado currículos obligatorias, para todos por igual, contratado a millones de personas para que implementen lo diseñado, asumido los gastos de todos los costos, prohibido a otras personas participar a menos que tengan su permiso y en las condiciones y términos que se le impongan bajo una estricta vigilancia, apartado a las familias de la decisión sobre qué educación consideran mejor para sus hijos y sancionado a todo aquél que pretenda crear una empresa educativa alternativa. Eso es lo que se conoce como crear e implementar un monopolio estatal, en este caso, un monopolio en la educación.
Esa política de crear monopolios estatales en educación fue muy extendida entre los países desde el siglo 19, y mucho más en el siguiente. En muchos países, algunos ricos y otros pobres. Ha sido algo generalizado, desde Cuba hasta Finlandia, y obviamente en Venezuela, donde se ha conocido como el “Estado docente”. ¿Qué resultados ha dado? ¿Se puede, luego del ensayo, saber si sus resultados son los óptimos esperados con mucha ilusión o, más bien, han sido poco exitosos? Sí. Hay evidencias por todas partes. Los resultados de esa política no fueron los deseados.
Y son muchas las personas que pueden dar fe de ello, en especial los niños y familias para los que la educación estatal ha sido una pesadilla. Les recomiendo que, si están interesados, busquen este video en YouTube: “Un crimen llamado educación”. Lo hizo un comunicador colombiano, Jürgen Klaric. Véanlo.
También economistas han analizado estos ensayos y concluyen unánimemente que este modelo de monopolio estatal en la educación es muy costoso e ineficiente. Y expertos en educación en sus estudios muestran que el aprendizaje de los niños es bajísimo, porque el sistema trata a todos como si fueran iguales cuando cada niño es diferente y requiere métodos de aprendizaje y entornos distintos. Y sociólogos y politólogos han concluido que este modelo no es adecuado porque tiende a ser pervertido, usado por los gobiernos con fines de adoctrinamiento y control social, o con fines partidistas y electorales, beneficiando a una oligarquía y la casta política y generando desigualdades enormes, estructurales. En fin, hay bastante consenso en que el “experimento” de la educación en exclusividad y de manera obligatoria en manos del Estado no resultó bien.
¿Qué ha ocurrido? ¿Qué cambios se han ensayado viendo esos resultados? Simplemente, por las quejas y la acción de las familias, se ha cambiado la política: cada día en más países la educación ha dejado de entenderse como un monopolio estatal férreo y absoluto y se han permitido a las personas el poder de decidir: libertad de las familias de decidir el tipo de educación para sus hijos y, a la vez, libertad de las personas para crear e invertir en propuestas educativas alternativas, a las que aquellas familias puedan acceder.
Ese cambio, sencillo, no impuesto, que consiste en aceptar la libertad educativa, allá donde se ha implementado ha venido mostrando unos resultados mucho mejores que el anterior, del monopolio estatal. La tendencia es que cada vez más familias optan por estas escuelas privadas, libres, que compiten entre ellas por prestar mejor servicio. Es indetenible ese proceso, en muchos países se cuenta por millones de niños que dejan las escuelas públicas y optan por alternativas educativas privadas. Ha ocurrido, está ocurriendo desde en India, en países africanos, hasta en los Estados Unidos de América. Y los estudios muestran que los niños aprenden más y, en especial, son más felices.
Como sigue existiendo la convicción de que los Estados deben favorecer la educación, porque es un bien público, entonces lo que también ha venido ocurriendo es que han cambiado las políticas: en lugar de ser el Estado el que por sí mismo y en exclusividad eduque a los niños, han implementado políticas como la de los vales educativos o cheques escolares, es decir, políticas en los que se subvenciona a los estudiantes. Se les da a las familias la opción: quieres un cupo en las escuelas públicas o quieres un cheque para que pagues el cupo en alguna escuela privada de tu elección. Obviamente, las familias optan por la segunda opción, cada año más y más.
Esto no es una política de privatización. Es, en todo caso, una liberalización. Es la eliminación del monopolio estatal impuesto sobre un sector, el educativo, y el reconocimiento de que son las familias las principales responsables de la educación de sus hijos.
Qué opinión tienes acerca del planteamiento del profesor James Tooley
sobre las microescuelas?
El profesor James Tooley fue uno de los primeros que vio, y estudio científicamente, que estos países de sistemas educativos en monopolio estatal estaban cambiando antes de que los Estados cambiaran las políticas y sus leyes, sino por la acción de las familias. Él vio como en muchos lugares ocurría lo mismo: pese a que las familias tenían escuelas públicas a su disposición, o incluso que era obligatorio que llevaran a sus hijos a las escuelas públicas, pagaban a escuelas privadas porque veían que sus hijos aprendían más y estaban más felices en éstas. Y, además, documentó que eso ocurría entre las familias más pobres (obvio que es la regla general entre las familias más ricas desde siempre).
Vio ese fenómeno, lo estudió y lo explicó en varios artículos académicos y libros de divulgación. Obviamente, al quedar en evidencia que eso que ha estado pasando silenciosamente es algo beneficioso, incluso tener las pruebas de que en efecto los niños que pagan por esas alternativas educativas privadas aprenden más, cada vez son más los estudios que han analizado el tema y han llegado a conclusiones similares. Se han hecho correcciones, se han ido resolviendo algunos problemas y, al día de hoy, ya nadie discute que esta alternativa es beneficiosa y cada día crece más. Los países que tienen gobiernos sensatos, solidarios, no dictatoriales, incluso, han fomentado esta forma de lograr los objetivos de mejorar la educación de todos, en particular de los estudiantes más pobres, y muchos han empezado a implementar becas o cheques de estudio para que los padres decidan cómo se educarán sus hijos. Los gobiernos dictatoriales suelen oponerse, porque al liberar la educación de los niños y jóvenes pierden un instrumento fortísimo de control social, que es la clave de toda dictadura: una población sin educación ni autoestima.
¿Qué está pasando en Estados Unidos con el modelo de las microescuelas?
Busquen en Google: Movimiento de Libertad Educativa en Estados Unidos de América. O sigan a la profesora Kerry McDonald. Está en proceso todo un cambio, hoy, en la educación de niños y jóvenes, a favor de que las familias puedan decidir libremente la educación de sus hijos y cada día son más las microescuelas, academias, institutos, tutorías, en fin, las alternativas privadas, y baratas, para ello. También, cada uno de los estados federados han venido sumándose a la implementación de vales o cheques escolares para facilitar esa libertad de elección en educación. Está pasando hoy. Aprovechen las facilidades que da internet y vean ustedes mismos la magnitud de la transformación.
Tuve la oportunidad de leer tus investigaciones educativas en la parroquia de Petare en el estado Miranda y en la población de Montalbán en el estado Carabobo ¿Nos puedes decir cuáles fueron los principales hallazgos en estos estudios?
En la web www.uedlibertad.org podrán encontrar los resultados de esas dos investigaciones, que pronto vamos a extender a todas las regiones de Venezuela. Está ocurriendo lo que en todo el mundo está ocurriendo, espontáneamente. Nuestros indicadores dicen que hoy, aquí, 1 de cada 4 niños en edad primaria asiste a un centro educativo alternativo al estatal y que es ahí en donde están aprendiendo.
¿Cuáles serían tus reflexiones finales para mejorar el sistema
educativo venezolano?
Es tan simple como dos palabras: Libertad educativa.
Por: Juan Carlos Pinto.-
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