Quito se prepara este miércoles para una gran movilizacióndespués de que el gobierno ecuatoriano y líderes indígenas sostuvieran la víspera un primer acercamiento, en medio de la crisis social que afecta a Ecuador por el alza de los precios del combustible.
Pese a ese acercamiento, la protesta no cede y el miércoles se espera que se sumen sindicatos y otros grupos de inconformes mientras que miles de indígenas y campesinos se encuentran en Quito.
Los aborígenes exigen que el presidente Lenin Moreno eche para atrás el desmonte de los subsidios acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio de préstamos por 4.209 millones de dólares
“Ya hemos tenido los acercamientos respectivos; hemos conversado con algunos de sus dirigentes”, dijo a la prensa Lenin Moreno el martes por la noche, cuando saludó a soldados que protegen un puente en Guayaquil (suroeste).
A pesar del contacto inicial, con la mediación de la ONU y la Iglesia católica, Moreno admitió que “hay alguna dificultad” por el hecho de que “más de 60 organizaciones” muestran su disgusto por el aumento de precios.
Sin que amainen las protestas que se registran desde hace una semana, manifestantes asaltaron el martes la sede legislativa.
Periodistas de la AFP vieron a jóvenes con escudos de madera con la leyenda “guardia indígena” tratando de romper las barreras de seguridad.
Frente al acecho de manifestantes a sedes públicas, Moreno restringió el tránsito nocturno alrededor de esas instalaciones estratégicas.
Diálogo
El lunes Moreno se vio forzado a trasladar la sede del gobierno de Quito a Guayaquil, unos 270 kilómetros al suroeste, desde donde promueve el diálogo con la dirigencia de la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie).
“Hay diálogo para los hermanos indígenas que lastimosamente tienen necesidades, y en eso estamos completamente de acuerdo”, dijo previamente en una declaración a los medios.
El mandatario ofreció igualmente liberar recursos para los pueblos golpeados por el fin de los subsidios.
AFP
Pese a ese acercamiento, la protesta no cede y el miércoles se espera que se sumen sindicatos y otros grupos de inconformes mientras que miles de indígenas y campesinos se encuentran en Quito.
Los aborígenes exigen que el presidente Lenin Moreno eche para atrás el desmonte de los subsidios acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio de préstamos por 4.209 millones de dólares
“Ya hemos tenido los acercamientos respectivos; hemos conversado con algunos de sus dirigentes”, dijo a la prensa Lenin Moreno el martes por la noche, cuando saludó a soldados que protegen un puente en Guayaquil (suroeste).
A pesar del contacto inicial, con la mediación de la ONU y la Iglesia católica, Moreno admitió que “hay alguna dificultad” por el hecho de que “más de 60 organizaciones” muestran su disgusto por el aumento de precios.
Sin que amainen las protestas que se registran desde hace una semana, manifestantes asaltaron el martes la sede legislativa.
Periodistas de la AFP vieron a jóvenes con escudos de madera con la leyenda “guardia indígena” tratando de romper las barreras de seguridad.
Frente al acecho de manifestantes a sedes públicas, Moreno restringió el tránsito nocturno alrededor de esas instalaciones estratégicas.
Diálogo
El lunes Moreno se vio forzado a trasladar la sede del gobierno de Quito a Guayaquil, unos 270 kilómetros al suroeste, desde donde promueve el diálogo con la dirigencia de la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie).
“Hay diálogo para los hermanos indígenas que lastimosamente tienen necesidades, y en eso estamos completamente de acuerdo”, dijo previamente en una declaración a los medios.
El mandatario ofreció igualmente liberar recursos para los pueblos golpeados por el fin de los subsidios.
AFP
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