Más de 7 mil personas se conectaron a la transmisión de YouTube y unas 6 mil al en vivo de Instagram de @basilicachinita. También los zulianos vieron la Bajada por el Canal 11 y la escucharon a través de La Chiquinquireña 90.9 FM
Los sofás, camas, comedores, cuartos de videojuegos e incluso los techados, se convirtieron este sábado 31 de octubre en el lugar perfecto en el que los zulianos presenciaron la tradicional Bajada de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, un acto de fe mariano que rompió paradigmas al unir a familias, vecinos y allegados en un lugar común: sus propios hogares.
Más de 7 mil personas se conectaron a la transmisión de YouTube y unas 6 mil al en vivo de Instagram de @basilicachinita. También los zulianos vieron la Bajada por el Canal 11 y la escucharon a través de La Chiquinquireña 90.9 FM.
Tal es el caso de un grupo de vecinos del barrio El Libertador quienes, por pérdida de conexión, terminaron de ver la trasmisión de la ceremonia en el techo de la casa de uno de ellos. Entre risas y lágrimas aseguraron que este momento fue “inolvidable y épico”.
Nunca como vecinos habíamos hecho algo similar, la Chinita nos unió de una u otra forma. Uno trajo la tablet, yo le di internet de mi teléfono y subimos unas sillas, así fue este memorable momento”, expresó Miriela Fernández, propietaria de la residencia.
Al otro lado del estado, en el municipio San Francisco, la familia de Mateo Olivares se conectó por YouTube y presenció el acto desde el rosario hasta la Bajada en un televisor que colocaron en el frente de su casa. Así fue como su acera se convirtió en una “segunda plazoleta” para algunos de sus vecinos.
Desde el fondo de mi corazón, hoy más que nunca, detesto la pandemia porque yo tenía dos años yendo a la Bajada, es una sensación que no puedo describir y que hoy lamento el hecho de que no pueda estar ahí en ese momento tan hermoso de ver a la Virgen bajar”, manifestó el joven de 21 años.
Olivares destacó su deseo de que “mucha gente” estuviera activa y quienes tuvieran las condiciones ayudaran a otros a presenciar el tan esperado momento para los zulianos. Esta familia, al finalizar, la misa colocó gaitas para homenajear a la Reina Morena y hacer más festiva su calle.
En los Robles, María Alejandra Muñoz y su hija, Lucía, pudieron ver el acto a través del Instagram en la habitación de la menor. “Fue un acto de complejidad, tranquilidad y cercanía, aunque extraño estar en la plazoleta, hoy lo pude hacer desde un lugar que amo y con quien más amo, mi hija”, dijo la mujer.
Debido a la pandemia, la Bajada logró romper fronteras y llegar a más sitios gracias la tecnología de la comunicación. En Chile, Diego Espina hizo seguimiento a toda la liturgia. Pudo comentar y vivir el momento con su familia y amigos a través de un grupo de WhatsApp que sirvió como “un canal de oración y unión mariana”.
Espina consideró que “el Covid-19 solo fue un pretexto para que más personas se sumaran en torno a la Chinita, un milagro de amor infinito enviado por Papá Dios para todos los zulianos desde cualquier parte del mundo”, refirió.
La pandemia, las fallas de electricidad y de conexión fueron los grandes incidentes que limitaron a muchos de los feligreses a seguir la tradición. Sin embargo, la mayoría de los marabinos aseveraron que “nada detendría” poder presenciar la Bajada por ser “un compromiso anual, imperdible y amado”.
VF.-
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