En una fosa abandonada fue sepultado el cuerpo del doctor Ángel Peña, anestesiólogo fallecido el miércoles 13 de enero en la ciudad de Carora a causa de un cuadro de asma.
Un camino calamitoso fue el que atravesaron los familiares del galeno, quienes no solo tuvieron que luchar para que el profesional de la salud recibiera atención en el Hospital Pastor Oropeza de Carora, sino que, una vez fallecido, les tocó esperar más de 12 horas para poder darle cristiana sepultura al cuerpo.
Aún y cuando en primera instancia se informó que el doctor Peña había fallecido por un cuadro respiratorio asociado al Covid-19, sus familiares aseguraron que el profesional de la salud pereció a causa de una crisis de asma y por no haber recibido atención en el nosocomio caroreño.
Familiares comentan que la Alcaldía del municipio Torres no les brindó apoyo para efectuar el traslado del cuerpo hacia la ciudad de Barquisimeto de donde era oriundo el médico, así como tampoco les garantizaron un buen lugar en el Cementerio Municipal de Carora.
Se pudo conocer que el gobierno de Torres solicitó a los familiares una fosa o panteón, logrando localizar una tumba de un familiar que falleció hace más de 20 años.
Una vez encontrada la fosa, los trabajadores del campo santo manifestaron a los familiares que no podían efectuar el entierro en ese panteón ya que no contaban con las herramientas necesarias para llevar a cabo el trabajo de remoción del granito que el mismo tenía por lo que les pidieron bloques, cemento y arena, argumentando que la Alcaldía de Torres no contaba con los recursos.
Ante esa situación, les dieron como única alternativa, sepultar al médico en un panteón abandonado en la parte final del cementerio de la población de Aregue y fue pasadas las 4:00 de la tarde cuando finalmente se llevó a cabo el entierro.
Yanitza Martínez.-
COMENTARIOS