Ver un pueblo emocionado, sonriendo y diciendo; "hace tantos años no sentíamos esta alegría", es un buen augurio para una Carora que estaba herida de muerte por la desidia vivida en los últimos 17 años.
Qué cosa tan buena volver a ver las calles llenas de gente, de buena vibra, pueblo contagiado de alegría, saludar a amigos que teníamos tiempo sin ver, muchas personas que creímos que estaban en otros países y hasta llegamos a pensar que ya no estaban en este plano terrenal.
Es la alegría de verse de nuevo, de recordar los buenos tiempos para algunos, para muchos adolescentes, quizás esta era la primera oportunidad de ver a un conglomerado de gente disfrutar a lo largo y ancho de las avenidas.
Al caroreño le gusta conversar con el transeúnte, somos muy familiares, nos alegramos al recordar épocas o momentos que vivimos, esto también forma parte de la vida. El ser humano debe distraerse, son necesarios los ratos de esparcimiento.
Es más, esa especie de encierro al cual fuimos sometidos por pensar solo en la austeridad de los gobiernos pasados, nos hizo mucho daño.
Austeridad para el de a pie, porque la cúpula vivió y viven como reyes. Muchos llegaron a creer que de hecho ya no era posible volver a ver las calles repletas de gente gozando, sí, gozando sanamente, eso no es malo, como tampoco es malo querer surgir, querer hacer y ansiar tener, para poder sacar la familia adelante, desde el trabajo, desde el esfuerzo.
Debemos estar claros en algo, no olvidemos como estábamos, como nos dejaron el municipio, eso nunca lo podemos olvidar.
Pienso que estos momentos son gratos y deben formar parte del cronograma de actividades del municipio. También, es prudente recordar que esta gestión del Alcalde Oropeza apenas tiene tres meses y en ese espacio corto de tiempo, no se puede cambiar todo, eso sería imposible.
Pero podemos decir con propiedad, que se ve de nuevo el rumbo de querer hacerlo bien.
Interesante ver como los contribuyentes han cumplido con sus pagos, la recolección de basura se ha venido manejando de mejor manera, por supuesto que faltan recursos para hacerlo como lo deseamos todos quienes aquí habitamos, pero se da respuesta, se explica el porqué de las cosas, se entregan cuentas, todo el mundo sabe cuántos camiones tiene Imauto, si prenden o no prenden, si tienen cauchos o no, la gestión es pública, ya eso habla del cambio.
El evangelio del domingo pasado, hablaba de no criticar, de corregir primero nuestros errores y después analizar los defectos del otro. Quien corrige los propios, por lo general no le queda tiempo para analizar al otro. Algo así debemos aplicar cuando criticamos algo, lo digo con propiedad, al menos asi lo siento. Hay gente, inclusive de este lado, que solo ve obstáculos, que si no tienen para esto, cómo van a tener para aquello. Ese criterio en nada nos ayuda, no ayuda a la gestión, ni a nadie.
Cuando pensamos solo en lo que se puede, demostramos conformismo y no hay tiempo para ser conformistas, porque de eso hemos tenido bastante, muchos solamente esperan unos bonos irrisorios y una bolsa cada vez más vacía.
Somos muchos, muchos más los que quieren oportunidades para trabajar, chances para enrrumbarse hacia el trabajo y al progreso. Son bastantes, quienes quieren sumarse a lo posible, a lo bueno, a lo sabroso. Y porque no decirlo, son más los que quieren divertirse y vivir en paz.
El cambio se está notando y es normal que tenga detractores, pero es evidente que son minorías.
Por: Pedro José Álvarez Chirinos.-
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