En momentos de cambio, en tiempos de reacomodo, cuando todo lo caído se pude ir levantando poco a poco, se deben ordenar las ideas. En realidad, siempre se deben ordenar las ideas para realizar una buena labor.
La mayoría de veces, cuando intentamos organizar algo vemos con temor todo lo que hay que hacer para echar adelante cualquier tarea o empresa. Pero debemos fijar la mirada y nuestras fuerzas en lo fundamental, sin fundamentos ni principios, pocas cosas se pueden construir para perdurar en el tiempo.
En esta recuperación de Carora, que evidentemente forma parte de la recuperación del país, no escucho a nadie preguntando por el rescate de la educación en la ciudad, tanto en la parte pública como privada y por ser padre de una niña de apenas tres años, he investigado sobre el tema educativo y el diagnóstico no es digno de nuestro gentilicio.
Por lo trascendental de este tema, vital para cualquier sociedad que se precie de tener valores y principios, escribo estás líneas para despertar el interés general de todos quienes aquí habitamos, se que muchos saben de esta necesidad y quizás por la agobiante situación del país, lo hemos dejado de lado. Considero prudente organizar un conjunto de personas dedicadas a plantear ideas y llevarlas a cabo sin mezquindad, escuchándonos todos y entendiendo lo importante de esta misión.
Misión que nos compete a todos por lo que debemos internalizar que la educación es la salud de una sociedad y cierto que muchos lo entendemos, pero a la hora de darle valor al profesorado, las acciones y el comportamiento de los representantes hacia los maestros, deja mucho que desear de todos quienes formamos parte de esta comunidad llamada Carora.
Eso somos, una comunidad, donde la acción de muchos nos determina como irresponsables en cuanto a este tema se refiere.
Cierto que la educación y todo lo público, se deterioró, pero no es menos cierto que gastamos en muchas cosas y damos por entendido la educación de nuestros hijos. Pareciera más importante, así lo dicen las erogaciones de cada hogar, el divertimento de la familia que su propia preparación.
Reflexionemos: ¿Pagamos o ayudamos al maestro en la medida de nuestras posibilidades, estamos claros del valor de estas personas que se toman en serio la tarea más importante de un padre o madre de familia? La tarea de educar. ¿Hemos pensado en los milagros que deben hacer los maestros para rendir el sueldo que ganan, de verdad entendemos el rol del maestro y profesor en la actualidad?
Creemos que hacer la tarea del hijo, a través de un tutelar de Google, es educar.
Hay muchas interrogantes más, millones de preguntas, pero sería tedioso y poco importante escribirlas.
Centro mis comentarios en el eje de la educación, que para mí es el maestro o maestra, debemos hacer lo posible para que la calidad de vida de los educadores mejore de manera significativa. Si ellos no viven de manera cómoda y con sus necesidades cubiertas, es difícil que enseñen de la mejor manera. Y nuestros hijos necesitan ser educados de la mejor manera posible.
Cierto que hay acceso a mucha información a través de la tecnología, pero este cúmulo de datos necesita ser procesado y entendido, es aquí donde radica la conducción del maestro, por supuesto, con el acompañamiento de la familia. No confundir, con convertirnos en cómplices de nuestros hijos, haciéndoles las tareas. No tiene otro nombre, cómplices de la mediocridad.
Debemos ser exigentes, por lo tanto debemos hacerlos entender que esa es su responsabilidad, sí, así como suena, en la medida que lo entiendan, porque entienden todo mejor que nosotros, entonces estaremos cambiando el rumbo de la sociedad.
Comparto que la tecnología nos facilita la vida pero a muchos les complica la mente.
Espero haber dejado clara mi idea en estas líneas. Hagamos equipo para el rescate de la educación en Carora.
¡ES FUNDAMENTAL!
Por: Pedro José Álvarez Chirinos
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