Hoy les hablaré de la salud, sí de salud, ese regalo que Dios nos dio y que apreciamos muy poco, porque lo consideramos eso, un regalo, bien dice el dicho, lo que nada vale, no se aprecia.
En mi artículo anterior, la del tiempo post Covid, comenté sobre la tristeza que daba ver a miles de personas clamando por una bombona de oxígeno, era difícil y es aún sumamente difícil entenderlo, respiramos grátis.
El oxígeno está en el aire común. Ni siquiera nos damos cuenta como lo obtenemos, muchos menos nos imaginamos que él, es responsable de nuestro funcionamiento como seres vivos.
La salud es como el agua, a veces en pleno mar, puedes morir de sed. Quiero dar a entender que este bien preciado de sentirse bien, solo lo valoramos cuando tenemos algún síntoma, que nos afecte la vida cotidiana. Hasta el más insignificante pellejito de la uña, del dedo pequeño, es una tragedia, porque si nos duele, nos tropezamos en ese preciso lugar.
Debemos darnos cuenta de lo importante que es estar saludable, más allá del tema estético, el cual también es muy importante. Verse bien es estimulante y ayuda mucho en la vida actual. Cabe destacar, que verse bien, no tiene nada que ver con estar o sentirse bonito o bella, según el caso.
El concepto moderno de salud es más integral, va más allá.
Todo el mundo cree que solo el hecho de estar flaco es estar bien, pues no. Cierto, que ser flaco es una bendición, pero no me refiero solo a eso. Me refiero al cuidado y a la observación que debemos tener cada uno con nuestras convalecencias, al salir de ellas pronto olvidamos lo sucedido.
Cierto que querer volver a la vida normal es lógico, pero debemos revisar que nos llevó a esa anomalía o enfermedad. Aquí es donde, haya que cambiar algo. Todo es mejorable y si se trata de la salud, deberíamos hacer un exhaustivo chequeo.
Luego de los 50 años, que no es el medio cupón, es mucho más, pocos duran 100 años. Se debe hacer un chequeo al año, al menos uno y tratar de hacer una actividad física diariamente, o al menos tres veces a la semana. Sí, esto lo dice todo el mundo, pero hoy también lo recordaré, porque pocos hacen caso. La mayoría de los casos, resulta ser tarde, cuando queremos enmendar el capote.
Actualmente, el gimnasio es parte de la rutina, pero insisto, con los mayores de 50 años, no es así. Y resulta, que nunca es tarde para comenzar a cuidarse. Desde esta trillada reflexión, pero siempre válida, los invito a hacer una actividad física. Hay muchas; caminar, bicicleta, nadar, gimnasio, bailar, trotar y muchas más.
Hacerlo causa adicción, seguro saldrán algunos, me da pereza, no tengo tiempo, me aburre y mil excusas más. Pues les recuerdo, ¿saben que es la pereza? Falta de ganas de hacer algo, es como estar muerto, negarse a vivir, tener miedo a atreverse, es decir, la pereza, si existe en nuestras vidas, hay que sacarla.
Combátela con lo que te gusta, vamos a entusiasmarnos con nosotros mismos, total, la vida es nuestra, de cada quien, eres responsable de tu salud y debes sentirte como tal, al final la calidad de vida de los tuyos, depende mucho de ellos, pero si te sientes bien tú, seguro les será más fácil si alguien los ayuda y los inspira, así que anímate.
Para estar saludable, debemos cuidar la ingesta de alcohol, azúcares, carbohidratos y muchas otras delicias más. Cuando hablo de cuidar la ingesta, es controlarla en la medida de lo posible.
Pareciera ser esta una promesa de comienzo de año, pero quiero que se vea como algo alcanzable, siempre es posible mejorar.
Para finalizar, no olvidemos la paz mental, se dice fácil, pero debemos tratar dormir bien y dejar los problemas a un lado, antes de irnos a la cama. Si el problema está difícil, dormir te ayudará a buscar la solución y si el tema en cuestión no tiene solución, está de más preocuparse por ello.
Vamos a pararle un poco más a la salud, tu mismo verás los resultados, si cada uno de nosotros cambiamos y mejoramos nuestro estilo de vida, el mundo será más sano, esa es la verdadera riqueza.
La salud no se compra, es grátis. Pero si no la cuidas, pagarás caro el no hacerlo.
Les deseo mucha salud y larga vida.
¡Depende de ustedes!
Por: Pedro José Álvarez Chrinos.-
COMENTARIOS