Pasado mañana será Navidad. Se dice fácil y lo vemos normal, cuando debería ser una fecha importante, sobre todo por lo que significa en nuestra religión el natalicio del Niño Jesús, es decir, Dios se hace hombre, para vivir su experiencia carnal.
Pero la esencia de este día es el compartir que es lo fundamental en este tiempo de reencuentro. Cada día se hace más difícil compartir y no debería ser así, no se trata de dar mucho, o dar las sobras, me refiero a que debemos estar pendiente de la necesidad del prójimo y en la medida de lo posible, ayudar a quien puedas.
Sabemos que son muchos los necesitados, pero vale la intención, sé que hay mucha personas que lo hacen, es mucho el bien que se hace, solo que nos superan las necesidades.
Pidamosle a Dios que cada día surjan nuevas iniciativas para palear la difícil situación de tanta pobreza en el mundo.
Pidamos por tanto refugiado y por los millones de desplazados a causa de las guerras. Por esos migrantes que han tenido que abandonar sus países en busca de un mejor porvenir, millones de venezolanos se encuentran en este grupo de personas.
Esta Navidad tendrá puestos vacíos en muchas mesas venezolanas, ahí es necesario no perder la esperanza de volver a encontrarse.
En Navidad, es propio hacer lagunas reflexiones, sobre todo en este tiempo, donde solo parece importar nuestra situación personal, pareciera que el entorno nos es indiferente y esto es grave porque se pierde la visión global del mundo, en esta visión egocéntrica del mundo, se pierde la esencia de la humanidad, no olvidemos que somos un minúsculo punto en el orbe, somos un grano de arena en la grandeza del desierto, una gota de agua en la inmensidad del mar. En realidad, somos muy poco para creer que los demás no importan.
El llamado es a ser más humanos, a entender el verdadero sentido de vivir, invitemos a entender el dar como una fiesta, como una alegría, disfrutar el compartir, desprenderse con regocijo, con alegría. Sentirnos bendecidos al poder dar o ayudar.
También es propio por estos días de fin de año, hacer una lista de buenas intenciones para el próximo ciclo de 12 meses que nos viene. Algunas se cumplen, otras no, pero es bueno hacer un paréntesis y plasmar nuestras metas. En esas metas hagamos al menos una que sea colectiva, también los buenos deseos son energías, por lo tanto la buena vibra, siempre será bienvenida.
Será un año difícil, pinta fuerte en materia económica y quizás tengamos eventos electorales importantes desde el punto de vista político.
Finalizamos el año con la fiesta mundialista y ya llegó el fin del año. Pocos se dieron cuenta del diferencial cambiario, aunque todos lo sufrimos, el tema del déficit de combustible intenta de nuevo enturbiar estos días, así andamos.
Pero, mucha de esa agua sabemos a dónde va. Debemos seguir adelante, unidos, sobre todas las cosas, pensando que Venezuela es de todos y que la mayoría tiene derecho a vivir como desea.
Hemos llegado aquí por nuestro esfuerzo, aunque lentamente vamos avanzando, al menos yo lo veo así. No perdamos la esperanza, esa misma fuerza que nos empujó hasta donde estamos sigue creciendo sin detenerse.
Será el año del entendimiento ese paso es necesario para avanzar hacia el país que nos merecemos.
Quien escribe, les desea de corazon una navidad en familia y un año 2023 lleno de mucha salud.
Me despido hasta el día 19 de enero, cuando saldrá de nuevo mi columna Ecos.
¡A todos, gracias por su acogida. He disfrutado mucho esta faceta de columnista que me ha dejado muchos nuevos amigos, agradecido!
Por: Pedro José Álvarez Chirinos.-
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