Observando el mundial de Qatar, vemos como en ese país, se tienen unas costumbres muy distintas a las de nosotros en este lado del mundo, evidentemente somos de concepciones de vida literalmente opuestas, sobre todo, en la parte del respeto a las tendencias sexuales y a los derechos de esos seres maravillosos que la vida nos ha regalado, llamado Mujer.
Para los ojos del mundo el mundial anda muy bien y está quedando a la altura que se esperaba, sobre todo en lo estrictamente deportivo, pero, ¿qué ue precio se pagó para que esto sucediera?
Recuerden, es la primer vez que se realiza un mundial en fechas decembrinas, por lo tanto, altera todos los calendarios de todas las ligas del mundo y esto seguro pasará factura, solo es cuestión de esperar.
Queda claro y así se lee entre líneas, la FIFA reconoció que no fue la mejor desición, realizar este mundial de fútbol en este país.
Pero, ¿por qué lo hicieron?
La respuesta es de lógica pura, algo se pondría de por medio para canalizar los votos de los integrantes de la FIFA, para tal fin. Cabe destacar que esta asociación es la más grande del mundo, inclusive con más asociados que la ONU. Lamentablemente, con las mismas fallas de las grandes asociaciones mundiales, permeables al tema de corrupción, al fin y al cabo, están dirigidas por hombres.
Personalmente, pienso que los eventos mundiales de cualquier índole, deberían tener claro que el respeto a la diversidad de pensamiento es fundamental. Lo digo, no por no estar de acuerdo con las costumbres de esta región del mundo, porque ellos están en su derecho de vivir como lo deseen, pero en el marco de un evento mundial, no pueden o no deberían prevalecer atropellos a los derechos humanos.
Se debería tomar en cuenta las diversas formas de vivir, para que el respeto sea la máxima, que nos invite a la tolerancia y podamos lograr una convivencia posible.
A mí parecer, esta experiencia de países con restricciones tan marcadas, no pueden ser escenario de eventos globales, donde se espera concurrencia de comportamiento muy diverso. Es como contradecir el ambiente deportivo y es el espíritu del encuentro de la humanidad. Cada cuatro años el mundo es paralizado por el fútbol, por lo tanto, eso debería ser lo importante, proporcionar todo lo necesario para garantizar un ambiente, dónde el respeto se imponga a la prohibición.
El mundo actual ha dejado de pensar en lo fundamental, para solo apostar a lo comercial y fortalecido en los recursos económicos, nada más, parece importante.
Es delicado este tema y pasan por debajo de la mesa, los derechos humanos violados a quienes hicieron los estadios del mundial. Se mostró poco interés frente al trato de la mujer en este país, cierto que es su costumbre y no es tema de nuestra incumbencia, pero, ¿por qué las otras mujeres, las visitantes tienen que vestirse de manera distinta a la acostumbrada, pasaría lo mismo en un país pobre de África, respetaríamos sus normas así como se obligo en Qatar, cuál es la diferencia en la aplicación de los criterios, es la FIFA imparcial para la otorgacion de sedes mundialistas, hasta dónde seguiremos jugando la comparsa a pequeñas elites que se quieren imponer a la razón, será posible que algún día la gente solo guiada por la razon que da la lógica pudiera decretar la no asistencia a un evento que límite la libertad de tal o cuál forma de actuar?
Seguro estoy que las respuestas a estas muchas interrogantes no son fáciles de contestar. Pero, también puedo asegurar, que a muchos nos incómodan.
Qatar terminará el 18 de diciembre su mundial de fútbol, ojalá experiencias como estas también dejen de pasar.
Por: Pedro José Álvarez Chirinos.-
http://www.diarioelinformante.com.ve/2022/12/qatar-irrepetible.html
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