Ahora el lema es facturar. "Las mujeres no lloran, las mujeres, facturan. "Los jóvenes facturan", leí en una pancarta de un evento político la semana pasada.
Es notorio que el interés está en la capacidad que tengamos de facturar, esto me parece bien y apuesto a la prosperidad de todos.
Creemos y así lo propagamos en medio de la sociedad, pareciera que solo importante es generar recursos, no importa el cómo, tampoco quien factura quiere esperar mucho tiempo por el pago, lo quiere rápido y consistente.
Además, también desea no consumir mucho de su valioso tiempo en la labor de facturar.
Así quieren todo, fácil, lucrativo, rápido y sin tanto rollo. Eso es solo para facturar.
Pero, ¿quién paga, estamos claros en lo que debemos pagar, sabemos qué cuota le debemos a nuestra familia, qué debemos a la empresa donde trabajamos, estamos claros en que no solo la vida es para vender, facturar y cobrar?
Esto lo digo porque siento que el mundo de hoy solo se encarga y hace todo lo posible para que creamos que lo único importante es "facturar", o simplemente llenar nuestras aspiraciones a la consecución de lo material.
Es muy importante lo material y lograr alcanzar los medios económicos para vivir de la mejor manera posible pero también veo necesario recalcar que debemos centrar nuestra atención en las responsabilidades que debemos cumplir cuando logramos facturar.
Debemos ser corresponsables de muchas cosas, aquí solo escribiré algunas.
Responsabilidad familiar, hay muchos que facturan y no crían a sus hijos de la mejor manera no porque no puedan, sino porque no priorizan las necesidades, para muchos es menos importante la educación que algunos placeres.
Muchos evaden impuestos, desconociendo lo que se puede hacer con el buen manejo de los recursos, que genera la materia impositiva.
Cierto que algunos gobiernos no utilizan estos recursos de la mejor manera, pero eso no nos exonera de la culpa de evadirlos y mucho menos, nos quita la responsabilidad de pagarlos.
¿Cuántos y cuántas de los que facturan se olvidan de sus viejos? Ojalá fueran pocos, pero la realidad es otra, incluso en países donde la pensión es buena, muchos viven de padres y abuelos.
Está obligación nadie debería recordarla, sin embargo, son muchos quienes dieron su vida, por criar hijos de la mejor manera y en algunas ocasiones, terminaron criando cuervos, por decir lo menos.
Este tema de estar pendiente de los viejos va más allá de la celebración de los días, del Padre y de la Madre. Hablo de hacerse cargo con todo lo que el caso amerita, claro, todo en la medida de las posibilidades existentes para la ocasión.
Necesario es promover el cumplimiento de las responsabilidades como algo positivo.
Si una empresa te da la oportunidad de trabajo, estás en la obligación de hacerlo lo mejor posible.
Esto lo damos por entendido, pero en realidad pocos se entregan de verdad a realizar el trabajo con mística. Pocos se preocupan por ser los mejores. Existe una especie de conformismo, muchos se refugian en que la cosa, como le decimos a la situación, no está buena y particularmente pienso que debería ser al revés, debemos echarles más pichón, porque de lo contrario, estaríamos decretando nuestro malestar. Mientras, si ven o haces notar con acciones tu esfuerzo, probablemente lo notarán tus superiores y eso redundará en mejor remuneración y otras oportunidades abrirán las puertas.
Así como ponemos cosas de moda, debemos entender nuestro compromiso con la vida. Es prudente y el país lo necesita que seamos responsables, necesitamos rescatar la buena vibra del venezolano. Diariamente tenemos que automotivarnos, no caer en el desánimo y conformarnos con decir la palabra que este de uso corriente, tenemos que ir más allá.
Propongo que fijemos la mirada del colectivo a tiempos mejores, trabajemos con ánimo, vamos a enamorarnos de lo que hacemos, respetemos al que piensa distinto.
No desanimemos a quien sueña, deseemos lo mejor a quien decide abandonar la geografía para intentar mejorar fuera de ella, no somos quien para criticarlo.
Si decidiste quedarte aquí, aprovecha la oportunidad que tienes y aprende a disfrutar lo que anhelan, quienes están fuera, vive tu vida, recuerda que es solo tuya, más nadie la vivirá completa, empezó contigo y terminará contigo .
Que bueno que entiendas que para vivir tienes que facturar y te sientas orgulloso de hacerlo, también recuerda lo que ello acarrea y la responsabilidad existente en la factura. Prueba el dar y cumplir, verás que más temprano que tarde comenzarás a recibir los frutos del buen actuar.
¡Sin duda, la vida va más allá de facturar!
Por: Pedro José Álvarez Chirinos.-
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